Capítulo 6 - ¿Nuevas amigas?

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¿Era acertado hablar con alguien? ¿Realmente esa chica deseaba ser mi amiga?

*No eres más que una mierda*

-Ya, no te metas - Dije a mi conciencia

*Técnicamente soy tu - contestó- Enserio crees que alguien querría ser tu amiga? Solo mírate, eres una gorda*

- Ya cállate - escupí

Me había dirigido al baño hablando con mi conciencia, había tomado mi navaja, esta se encontraba sobre mi muñeca. Me observé al espejo de cuerpo completo, ¿Como nunca me detuve a observarme? Odiaba comer y ahora lo odiaba más aún, debía bajar de peso, estaba obesa.

Comenzé a cortarme, primero deslizando suavemente la navaja por mi muñeca, luego más y más fuerte, provocando cortes muy profundos. En un momento me mareé y perdí el equilibrio, creí que iba a desmayarme. Me sostuve del lavamanos que se encontraba totalmente rojo y pude estabilizarme. Lavé mis muñecas, las desinfecté y me coloqué una venda.

Salí del cuarto de baño y fuí a mi habitación, había sido el primer día pero tenía tarea.                         Mientras escribía en mis cuadernos mi estómago crujió

-Solo lo suficiente- murmuré dirigiéndome a la cocina. Tomé una manzana, un energizante y subí nuevamente a mi habitación.

Un rato después, cuando ya había terminado me encontraba tirada en la cama sin saber que hacer. Hacía tiempo que no bebía ni fumaba, por esta razón tomé algo de dinero, me dirigí a la tienda y volví a casa con una botella de Vodka, cigarrillos y goma de mascar sabor menta.

Allí, en mi cama bebí bastante, fumé un par de cigarrillos y un poco mareada decidí tomar una ducha. Salí del cuarto de baño con mi pijama puesto, trenzando mi cabello. Mi tía tenía una cena de negocios así que no se enteraría. Escondí los cigarrillos en mi bolso (los necesitaría luego) y la botella debajo de mi cama. Cepillé mis dientes y me acosté, enseguida caí en brazos de Morfeo.

(...)

El despertador sonó taladrándo mi cabeza. Lo que había tomado ayer provocaba enorme dolor, por lo tanto desperté de muy mal humor.

Me coloqué mis jeans negros ajustados, mis converse blancas y una sudadera, la misma que usé el día que Nath me dejó.

Bajé a la cocina, tomé un energizante y me marché. Hoy en el autobús miraba a todos con mala cara, si alguno hubiera querido venir a disculparse se arrepintió.

-Que cara, te sientes bien?- Dijo Micaela al verme llegar

-Claro que estoy bien, porque lo dices? - Pregunté a la defensiva

-Es que estás pálida, desayunaste?- Preguntó preocupada

-Que me crees, anoréxica?- Grité

-Nono, solo quería ayudarte, nada más- Dijo apenada

-No necesito ayuda- escupí, lléndome.

Quien creía que era? Apenas me conocía y ya quería saber sobre mí, había prometido que jamás volvería a confiar en nadie, y no lo haría.

El día transcurrió y a la hora de la salida Micaela se acercó:

-Oye lo siento, se que no debí meterme en tu vida y...

-Ya, disculpa, no debí hablarte así- la interrumpí

-Quieres venir a tomar una helado, quiero presentarte a unas amigas

- Bueno- acepté

(...)

Sus amigas se llamaban Paola y Belén Buranoff, eran gemelas. Eran bastante najas, tenían el cabello rubio con rizos hasta la cintura, sus ojos eran azules, eran hermosas (diremos que las chicas son Taylor Swift). Paila llevaba unos shorts de jean, unas Vans y una blusa roa corta que dejaba ver su omblico adornado por un lindo piercing y Belén usaba lo mismo, solo que su blusa era verde.

Nos encontrábamos conversando animadamente cuando llegamos a la heladería. Paola y Belén iptaron por unos enormes helados de tres gustos, Micaela por uno de dos y yo opté por uno pequeño de menta (no podía no comer pues notarían que algo sucedía, entonces decidí uno pequeño al menos).

-Vamos a la playa? - Sugirió Micaela

- Si, genial- Contestó Paola

-No quiero ir- hablé- Vivo muy lejos y mi tía quizás me necesite...

-No acepto un no como respuesta - Interrumpió Micaela

- De verdad, no puedo - Supliqué

- Anda, dí que si - Dijo Belén

- No puedo, de verdad - Doje despidiéndome

-Ocultas algo?....

Espero que les guste el capítulo, no se olviden de dar su voto :3

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