INTRODUCCIÓN Parte 1

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A Odswardth

¡Ah, el Emisario! Uno de estos días he de encontrarte entre los paisajes hermosos y lejanos de este mundo que se pierde; quizás te halle mirando el horizonte con tus ojos desfondados. Qué importa que el tiempo sea vasto como el vacío que me rodea; ¡millones de millones de años he esperado para encontrarte!

No sé qué planes tiene ahora el Thecnetos; éste enmudeció para siempre. Creo haber entendido que no tenía ninguno. Pero el Thecnetos es un medio no un fin y dado que yo lo soñé, yo podré despertarlo. Para empezar mi búsqueda, cualquier parte es buena dirección. Pienso primero adentrarme en el otro hemisferio del planeta. No me desesperan los paisajes incansables que recorro y que aparecen uno detrás de otro, siempre sin un fin a la vista. No me amedrentan los millones de días que paso recorriendo los grises desiertos de este fin del mundo. Calmadamente entiendo y registro al universo, no temo borrarme de tanto andar entre las ruinas, ni me importa extraviarme o desaparecer. Aún si así pasara, miles de veces podría volver a nacer, miles de vidas podría buscar y no encontrar nada, podría extraviarme en miles de planetas tristes como éste, pero sé que al fin, en uno de estos polvorientos paisajes, he de encontrarte...


Alguna insinúa que hace ya siglos que no existe la Compañía y que el sacro desorden de nuestras vidas es puramente hereditario, tradicional; otra la juzga eterna y enseña que perdurará hasta la última noche, cuando el último dios anonade el mundo

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Alguna insinúa que hace ya siglos que no existe la Compañía y que el sacro desorden de nuestras vidas es puramente hereditario, tradicional; otra la juzga eterna y enseña que perdurará hasta la última noche, cuando el último dios anonade el mundo.

La Lotería en Babilonia "FICCIONES" — Jorge L. Borges.

La consciencia es la pesadilla de la naturaleza.

El aciago demiurgo, 1969 Emil Cioran

Recuerdo, por ejemplo, cuando nos desvestíamos juntos en una casilla. Yo flaco, débil, enjuto; tú, fuerte, grande, ancho. Ya en la casilla me sentía miserable, y no sólo frente a ti, sino ante el mundo entero, porque tú eras para mí la medida de todas las cosas.

Carta al Padre. Frank Kafka

El tiempo es la imagen móvil de la eternidad.

Platón

...más amarga que la muerte es la mujer.

Eclesiastés 7:26

El olvido es la tenue sustancia de que está hecho el universo.

Jorge L. Borges.

«Yo descansaré luego, pero tú andarás sin cesar hasta que yo vuelva» hasta que no nazca niño alguno» o «hasta que la mujer deje de parir»

T  H  E  C  N  E  T  O  S 2Where stories live. Discover now