Capítulo 24

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Caín Warner

Es el día.

Los chicos y yo hemos esperado por horas desde que los primeros rayos de luz empezaron a teñir el oscuro cielo y a transformarlos en coloridos centellos.
Para cuando escuchamos los primeros ruidos de motores ya habíamos plegado nuestras tiendas de acampar, apagado el fuego y comido un poco para estar fuertes.

Ajusto el intercomunicador en mi oído, nos hemos separado para ver mejor a las línea de camiones que hacen fila para entrar al pueblo.

El plan es simple, tomar el último camión y hacernos pasar por soldados. Entre Lukas y yo podemos camuflar a todos.

Me escondo detrás de un tronco y luego de otro para hacer mi camino hasta el final de la fila. Me sorprende que mis pisadas no se escuchen por la velocidad a la que voy.

-El sargento está revisando los camiones uno por uno al llegar a la entrada del pueblo, la contraseña es veinticuatro tres cero.- Me informa Cam, su voz viniendo por el aparato en mi oído.

-Copiado. ¿Hay soldados fuera de los camiones que puedan vernos actuar?

-Hay cinco soldados al final de la fila, Elis y yo nos encargaremos.- Me informa Natalia con voz agitada, ella debe estar en movimiento como yo.

-¿Alguno ha visto a Mauro?- Les pregunto yo. Eso es lo que he estado tratando de hacer, reconocer al hombre por el que estamos aquí pero no ha aparecido, sólo una docena y media de camiones llenos de soldados que entran. Supongo que él no tardará en aparecer.
-El camino está despejado, pueden venir al camión.- Nos informa Elis a todos.

Me dispongo a dejar mi búsqueda y hacer mi camino directo al camión.

Las chicas ya están en la cabina, cuando me ven se bajan de un salto. Los otros aparecen de entre los árboles.

-Suban atrás, Lukas ve con ellos y camúflalos. Elis tú vas de copiloto.- Ella me mira una vez que doy la orden, parece sorprendida de que la escogiera.- Tengo que mantenerte vigilada.- le aclaro para que no crea que lo hago por lo que me dijo anoche. Aunque me ha ablandado no puedo admitirlo.

Ella asiente apartando la mirada y no tarda en subir nuevamente al camión. Antes de que me suba al camión veo a la chica muerte correr hacia nosotros, viene de el lado contrario al pueblo.- He visto unas camionetas todo terreno acercarse, creo que en una de ellas viene Mauro.
-Bien, si es así es mejor que nos apuremos a entrar.- Le informo.- Ve atrás.

Me subo al camión y cierro la puerta. 

Lukas abre la ventanilla que separa la cabina de la parte trasera.
-¿Has visto los soldados que iban en la cabina? No cometas el error de copiar a los mismos soldados que yo.- Cuando lo veo por el retrovisor ya no es un chico de dieciséis sino un hombre con barba y del doble de su tamaño. Lo miro con diversión. Se nota que está nervioso.

-Ya hemos hecho esto, por supuesto que los vi, ahora tranquilízate. 

Lukas no iba a estar sólo en esto por lo que su energía mezclada con la mía nos ayudaría a conservar nuestro hechizo de camuflaje.

A la vista de todos seríamos soldados cualquiera. Qué bueno que no portan uniforme, sino hubiéramos tenido que desnudar a los soldados para poder vestirnos como ellos.

Murmuro el hechizo en voz baja y en unos segundos siento el cambio en mi cuerpo. Elis se mira los brazos ahora gruesos y tal vez es cosa mía pero la escucho reír en voz baja.

-El cinturón de seguridad.- Le digo seco.

Avanzamos en la fila a velocidad lenta. La tensión se puede respirar en el aire. Yo estoy tan tenso que ni siquiera me he detenido a parpadear. 

Tierra De Nieve Y Cenizas© [Libro 3] #Wattys2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora