Capítulo 13

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Caín Warner

El último grupo se encuentra casi en los límites de Londres, hemos pasado los límites que me puse al alejarme tanto. Pero creo que valió la pena porque cuando llegamos al lugar y hablamos con el líder del lugar, la gente enloqueció de alegría.

Esta vez, el lugar en donde nos hemos quedado es diferente, pareciera incluso otro mundo.

El grupo se encuentra en una residencial, hay altos muros que protegen los de dentro de los peligros de afuera, hay guardias en cada punto de entrada y salida, y por guardias no me refiero a los de Mauro sino a gente común y corriente que ha tenido los pantalones de proteger el lugar en donde vive.

Al ver el lugar a mi alrededor al principio pude creer que era un sueño, por el aspecto de las casas en perfecto estado, nada de pintura descascarándose o las ventanas rotas o el peligro de que alguien o algo viva dentro y tener que luchar para conseguir una esquina en donde dormir, no, aquí las casas son hermosas, con jardines y barandales de madera, y la gente anda libremente por las aceras, riegan su patio, siembran sus plantas y los niños pueden ir al pequeño parque a unas calles de donde la casa que me han reservado, se encuentra.

Todo es increíble pero soy incapaz de disfrutar al cien por ciento de la suave y cómoda cama ya que pienso en las personas que en estos momentos duermen en la calle o encima de cosas extrañas pero lo hacen solamente para traer calor a sus cuerpos.

Pienso en mi familia que está dividida, no todos gozamos con lujos como estos. No he sabido nada de Abby, ella no contestó mi mensaje de fuego cuando le informé que ya habíamos llegado. Seguramente está afuera a estas altas horas de la noche buscando la manera de encontrar a Sam, es terca, no hace caso cuando le decimos que tiene que descansar, pero supongo que lo entiendo, es lo mismo que haría si alguien que amo desaparece.

El reloj de la pared dan las diez y media de la noche, la casa está vacía además de mi aquí adentro, pero sé que si miro por la ventana de la cocina miraré gente afuera caminando tranquilamente.

Abro la lata de cerveza fría, se siente bien poder sostener algo frío en mis manos y saber que el líquido dentro no estará rancio y caliente por el sol.

Se supone que mañana tendremos la respuesta del líder, en estos momentos él debe estarlo pensando o hablando con sus hombres de confianza. Sólo espero que acepten la alianza.

Tanto su gente como la mía lo necesita.

Justo cuando me empino la cerveza alguien toca la puerta, alcanzo a saborear sólo unas gotas de la fría bebida antes de bajar la botella. Suelto un gemido cargado de histeria y corro a abrir la puerta, mi humor empeora cuando me encuentro con ella.

-Elis.- Digo su nombre en voz alta, probablemente porque me gusta su nombre no porque fuera necesario pronunciarlo.
Cuando me mira a través de sus mechones dorados me doy cuenta de que ella no está enojada como suele estarlo todo el tiempo, sino más bien nerviosa.-¿Todo está bien?

Ella mira hacia atrás antes de señalar la puerta con la cabeza.-¿Puedo pasar?

Quiero preguntar por qué, agregar que no es una buena idea pero mi cabeza no parece darle las órdenes correctas a mi cuerpo porque de momento a otro, estoy abriendo la puerta para ella.
La dejo pasar, ella parece tan pequeña en su sudadera gris que hacen que sus ojos azul cielo parezcan más claros que lo normal.
Le doy una mirada antes de cerrar la puerta. Ella mira la casa, suelta un suspiro y luego llega a la cocina donde encuentra la cerveza (Mí cerveza) y la toma como si fuera suya.
-Así que... ¿Superaremos lo sucedido?
-¿Te refieres al cansancio del viaje?- Pregunto para no apostar y perder. Cuando se trata de ella nunca sé lo que piensa o quiere decir.
La veo poner los ojos en blanco.- No, me refiero a nosotros, lo sucedido en ese callejón.
-Que yo sepa, dejaste todo en claro.- Le arrebato la botella y tomo un trago antes de devolvérsela.
Sus dedos rozan los míos brevemente.
-Creo que en vez de decir lo que realmente quería, salieron otras cosas de mi boca.
-Elis no entiendo a qué juego juegas pero no quiero estar dentro, no cuando estaremos yendo y viniendo de la deriva. Tienes que ser sincera y decirme lo que realmente te pasa, no me creo eso de tus celos por Abigail, ella es una amiga, mi familia y lo dejé en claro antes de acostarnos y luego me vienes con que cuando estoy contigo pienso en ella. ¿Estás loca? ¿Por qué lo haría teniéndote frente y lista para mí?
-Yo realmente tenía celos.- Dice como en un gruñido.- Y sigo... teniéndolos pero hay algo más que no me deja avanzar, algo que hace que no pueda tenerte como quiero.

Tierra De Nieve Y Cenizas© [Libro 3] #Wattys2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora