Capítulo 33

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Durante el camino de regreso, Marinette y Sabine no hablaban causando un ambiente incómodo.

- mamá...- llamó la menor.

- ¿Qué pasa, Mari?- preguntó con un tono suave pero que reflejaba su dolor.

- no te enfades, por favor- le pidió.

- Mari...- se detuvieron, Sabine tomo las manos de su hija- no puedo enojarme contigo, mi amor- le regaló una sonrisa.

- sé que querías que aceptara pero debo terminar algo que empecé hace meses- ese algo o alguien.

- lo sé, te entiendo- la abrazo.

- tengo que decirle a papá- Sabine negó.

- no pequeña, yo se lo diré soy tu madre, ¿no?- Marinette asintió llegando a su hogar la azabache mayor hablaría con la cabeza familiar.

Aunque la noticia no le cayó bien, el hombre acepto la decisión de su hija y no salió de su habitación hasta la noche con sus ojos rojos tratando de que su voz sonara normal aunque por dentro quisiera volver a romper en llanto.

Marinette de rato en rato decía chistes o contaba anécdotas de la escuela tratando de que se olvidarán por un momento de ese tema y sonrieran.

- recuerda que yo te enseñe a jugar, hija- rió el hombre.

- pero quién te va ganando 11-0 papá- ambos rieron, escucharon la puerta y Marinette con entusiasmos fue a atender.

Al abrirla vio a los padres de Adrien, con el susodicho.

- ¡Adrien! Emilie, señor Agreste que gusto verlos- sonrió y los invito a pasar.

- eso decimos nosotros, Mari, no te vimos en todo el día- Marinette sonrió nerviosa.

- ohh emmm estaba ayudamos a mamá en algunos recados en la mañana- Sabine asintió.

- nos dieron la mejor noticia el día de hoy-

- eso creo, me alegra verlos así- sonrió.

- aunque la doctora dijo que un mes más era suficiente para que Adrien recupere la vista por completo- aquello hizo que los Dupain Cheng se acercarán a felicitar al joven de cabellera rubia.

Después de unos momentos de risas, los padres del chico se despidieron.

- sabes que ya puedes volver a casa, hijo- Adrien se negó.

- el trato fue que me quedaría con Marinette hasta curarme, además me gusta estar aquí si no es mucha molestia-

- claro que no, Adrien, ya eres parte de la familia quédate el tiempo que desees- Adrien sonrió.

Se despidieron y los jóvenes subieron a la habitación para alistarse para dormir.

- aún no se lo dice, ¿verdad?- Sabine negó.

- esto le dolerá, sé ve que le gusta nuestra hija- Tom rió.

- en otro momento me hubiera puesto como gorila por poner sus ojos en nuestra nenita pero ahora, es diferente- lágrimas cayeron de sus ojos.

- tranquilo, amor- pero las palabras no siempre son fuertes y ambos lloraron.

Sin embargo, ambos jóvenes estaban platicando animadamente, Adrien le contaba que había ido a varios lugares ese día había visto manchas pero que a veces su visión se apagaba.

- tranquilo es cosa de que te acostumbres, además ya falta poco para que puedas volver a ver- carraspeó- por completo, para que veas por completo- sonrió nerviosa.

Se levantó de su cama para apagar la luz del chico pero cuando dio un paso sintió dolor de cabeza y veía doble hasta borroso.

- ¿Marinette?- pregunto el chico extrañado.

- ¿Qué-qué pasa, Adrien?- trato que su voz no sonara afectada.

- ¿Te duele algo?- pregunto levantándose.

- n-no nada, ¿por?- el chico noto su voz extraña y alzó una ceja.

- Marinette, me estás ocultando algo, ¿verdad?- dijo el chico con los brazos cruzados, Marinette se tenso dio unos cuantos pasos más y sintió que el dolor disminuía y su visión se aclaraba.

- Adrien, yo...- intento hablar- me tropecé por lo torpe que soy y no quería asustarte jejeje, y buenooo eso es todo a dormir mañana tenemos un largo día- apagó la luz y subió a su cama.

- ¿okey? Buenas noches.

Marinette tomo su celular y le envío un mensaje al doctor L.

Y finalizado eso, se quedó dormida.


[capitulo editado] ☑️
11/01/22

Se mis ojos [EDITADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora