Capítulo 29

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Después de unos días agotadores, y después de tanta insistencia la azabache le dio la autorización al rubio de quedarse a dormir en casa de Nino, obviamente, le advirtió al moreno que si llegaba a encontrar algún rasguño en el chico de ojos verdes, ella misma iba a cavar su tumba y lo iba a sepultar vivo.

Después de dirigirse hacia el moreno, se dirigió al rubio obligándolo a prometerle que pase lo que pase no se separe de Nino, el rubio asintió y sin mas la muchacha lo dejó ir con el de gorra que aunque se moría de miedo por tal amenaza se despidió con una risita confiada y aguantando las ganas de llorar al ver al diablo en forma de chica.

- hasta mañana, Marinette- se despidió con la mano desde la entrada de la casa, la muchacha no entró a su hogar hasta haberlos perdido de vista, al ya no verlos entró y sin mas cayó de rodillas con la respiración agitada.

- al menos está noche no notara mis quejidos- y era cierto, Marinette se desvelaba horas y horas con una almohada en la cara con tal de callar sus quejidos de tanto dolor de cabeza como de articulaciones, había veces que dormía en la sala con tal de no despertar a su compañero de piso, escondía un frasco de calmantes en sus bolsillos, que, por no olvidar, ya estaban agotándose.

Sus padres habían salido a cenar por lo que se encontraba sola en casa, muerta de cansancio y el sueño ganando esta batalla, subió con pesadez las escaleras que se dirigían a su habitación y tomar dos pastillas que calmaran su dolor esta vez no durmió en su cama, cayó rendida en la cama que le pertenecía al de ojos verdes.

Mientras tanto ambos adolescentes estaban llegando a casa del moreno, Nino tuvo mucho cuidado con los escalones y pistas que se aproximaban a ellos, pues no dudaba que soñara con la azabache sepultando su cuerpo si algo malo le pasaba a su paciente.

- Nino, ¿por qué le tienes tanto miedo a Marinette?- la pregunta le dio gracia al moreno.

- no es tanto por miedo, Adrien- la respuesta dejó extrañado al dudoso.

- ¿Entonces?- abrió la puerta de su hogar, siendo recibido por un pequeño niño de ojos avellana con cabello negro.

- Chris, te presento a Adrien- el rubio sonrió nervioso.

- ¡Holq! Soy Chris, el hermano menor de Nino- dijo un pequeño niño con cabello castaño y ojos avellana. Nino le susurro algo al oído causando que el pequeño abriera sus párpados en sorpresa junto a un 'o' formado por sus labios. El pequeño se acercó y estrechó su mano con la de Adrien, el rubio correspondió aun nervioso.

- iremos a mi cuarto- aviso el moreno mientras que tomaba ambos hombros del rubio y lo guió hasta el inicio de las escaleras.

- le diré a papá y mamá que llegaste con un amigo, un gusto conocerte Adrien- se despidió.

- igual, Chris- y sin más el pequeño se fue donde sus padre a avisar la noticia.

Después de ver una película y comer palomitas, ambos jóvenes se acomodaron en su bolsa de dormir.

- Nino- llamó el rubio.

- dime- Adrien tomó aire y suspiro.

- no terminaste la respuesta- el moreno se extraño y luego rió al recordar, girando para ponerse de lado para ver a su amigo.

- no es miedo, bueno, un poco sí, no puedo negarlo, pero en realidad es respeto- el rubio lo miró con una ceja alzada- cuando éramos niños yo era, hmm, un nerd- el rubio escuchaba con atención- y muchos niños me molestaban por mis gafas, entonces un día....

Flashback

- ¡¿Por qué no me dejan en paz?!- exclamó un niño de gafas.

- oh, porque los nerd como tu no deberían de pisar nuestro entorno- escupió con burla.

El pequeño de gafas, quería llorar, se sentía débil e indefenso las lágrimas se desbordaron de sus ojos.

- aww, además de nerd, llorón- se rió el agresor, aunque eran unos niños no sabían lo que era correcto o lo que no, al menos si lo sabían, no tenían consciencia de lo que sus actos podrían causar.

- por favor, ayuda- susurro mientras que ocultaba su rostro con sus brazos.

- ¡Hey!- una tercera voz se hizo presente, captando la atención de una niña azabache de coletas se dirigió a paso veloz hacia ellos.

- ¿Marinette? ¿Qué quieres?- preguntó.

- que lo dejes en paz, Kim- se cruzó de brazos al colocarse delante del moreno.

- ¿Y si no qué?- la azabache alzó una ceja y esbozó una sonrisa.

- Kim, ¿quieres verme molesta?- preguntó con burla. Kim miró sus ojos, un azul que le causaban escalofríos, una mirada que para él representaban el abismo.

- no me a-asustas Ma-Marinette- dijo con tartamudeo.

- ¿Seguro?- dio un paso sonriendo cínicamente.

- s-- el chico estaba perdiendo la valentía.

- Kim- sintió un escalofrío por su espalda y sus piernas temblaban - contaré hasta 3 y me prometeras que dejaras de molestar a todos- lo fulminó con la mirada y con los dedos comenzó a contar.

Al llegar al número dos el chico trago seco y con una mano alzada grito.

- ¡Lo prometo!- suspiro aliviado.

- gracias, Kim- sonrió como si hubiera visto un unicornio y luego se giró mirando al chico moreno.

- soy Marinette- estiró la mano y lo ayudo a levantarse.

- soy Nino-

Fin del flashback.

- y así fue como Marinette se ganó mi respeto y se convirtió en mi mejor amiga- dijo terminando su historia.

- me dejaste sin palabras jaja- ambos rieron.

- jajajaja, lo sé, y como mejor amigo de mi salvadora en el jardín de niños, si le rompes el corazón pagarás caro bro- Adrien sintió la energía amenazante que emanaba el moreno y trago pesado.

- descuida, jamás haría algo que la lastimara- sonrió.

- lo sé, pero te recomiendo que le digas ya tus sentimientos a menos que quieras que esté con alguien más- la inquietud le vino a la mente y se tenso.

-¿Debería decirle que la amo?- pregunto como si no fuera lo más obvio.

- peor sería que no lo intentes- el rubio asintió.

El tiempo es el peor enemigo de todos, y Adrien estaba perdiendo.


[capitulo editado] ☑️
11/01/22

Se mis ojos [EDITADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora