Baile XVII

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Mira la coreografía que había inventado como el número principal para el concurso de Jongin junto a la bailarina que se llamaba Yeonseo. Faltaba tan sólo una semana para que aquello empezara y se sentía volando, como si Jongin y Yeonseo fueran pequeños muñecos bailando en su caja musical, como si todo lo tuviera enamorado, como si aquella canción le hiciera rogar por un par de brazos que lo envolvieran cuando empezara a moverse.

Cierra los ojos y puede verlo, casi tocarlo, era mágico, con colores que jamás había visto antes, que jamás había imaginado.


En realidad no importaba lo que daba en la televisión, no importaba, no, si Minho estaba ahí, a su lado, abrazándole y dándole de comer mientras le sonreía y le robaba un par de besos. Verse ahí, con las sabanas revueltas y debajo de ellas los dos desnudos, con las piernas enredadas, dándose un poco de ese cariño que poco a poco iba creciendo, era maravilloso. Era algo que no había logrado imaginar hasta ese momento, era tan bonito que no creía que fuese real. Hasta recuerda que sólo quiso acostarse con él, pero ahora, estando ahí, era todo tan diferente.

- Me fascinas – sonríe avergonzado cuando él le ofrecía un poco más de esa comida refinada que probaba por primera vez.

- Minho – un beso en su mejilla y la película continua mientras ellos parecen estar en una nube de algodón.

El sonido de las metralletas junto a explosiones de granadas y bombas, y un par de tipos irónicos hablando, les hacían reír mientras se terminaban esa botella de vino.

- Siento que el mundo no existe cuando estoy contigo.

Las palabras de Minho eran únicas. Se sentía igual o peor, lo sentía todo casi como una alucinación de una potente droga que había ingerido de sus besos. Y no quería que pensara que era un caliente, como solía llamarle Jongin, pero no había otra forma de demostrarle las explosiones de cada latido en su corazón cuando decía cosas así, como si también estuviera enamorándose al mismo nivel.

- ¿Sientes la magia? – pregunta besándole y mordiendo suavemente la piel de su pecho.

- Te siento a ti – decía él enredando sus largos dedos entre sus cabellos – tú eres la magia.


Lo supo en ese instante, al abrir los ojos y ver cómo la coreografía terminaba. Podía sentirse mágico con él. Con Minho.

- Por lo que sé, te pasaste el fin de semana entero con él – sonríe al ver la media sonrisa de Heechul.

- El mejor fin de semana de mi vida.

- ¡Oh!

Y se fue a corregir a la pareja que se acercaba después de haber bailado. Esa era la semana intensiva, en la que Jongin ensayaría todos los días y casi durante todo el día; perfeccionando bajo su mando cada baile y cada coreografía para la competencia.

- Debes mantener tu posición y continuar erguido todo el tiempo, no encorves la espalda...

- Si mamá – Taemin le fulmina con la mirada y Jongin ríe divertido.

El moreno le mira, ahogando un suspiro al verle tan sonriente y feliz a pesar de que en esas épocas del concurso solía amargarse y estar totalmente desanimado. Escucha cada palabra que dice, cumple con cada exigencia hasta que el sol se esconde y a la hora del té se sienta a descansar un poco, con él sonriente a su lado.

Quiero ser - 2minDonde viven las historias. Descúbrelo ahora