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  Al despertar Tim se sintió desorientado, viendo borroso por el sueño y soltando unos bostezos volvió a cerrar los ojos, hacia tanto tiempo que no dormía varias horas que sentía el cuerpo entumecido, quería levantarse pero al mismo tiempo quería seguir acostado y descansar.
Decidido a seguir con lo segundo dio vuelta sobre si mismo pero al estirar un poco el pie sintió un jalón y algo frio en su tobillo, alarmado se sentó y jalando las sabanas noto su pie encadenado a la cama.

  —¿Pero que?

  Ahora totalmente despierto vio el lugar notando que esa no era su habitación, o alguna otra que conociera. Aunque bien ordenada, aparentemente acogedora y con objetos de su agrado, él no esperaría recostado a saber que era lo que pasaba, primero se liberaría.

  —Si lo intentas también atare tus manos.

  La voz completamente familiar detuvo sus movimientos y miro a la puerta desde donde provino el sonido, y la curiosidad lo invadió, sus sentidos de alerta bajaron, relajándose por un instante para después regresar al captar lo que sucedía, su "hermanito" lo había secuestrado.

  —¿Que es lo que pasa aquí Dami? ¿Por que estoy encadenado? ¿Donde estamos? ¿Que me harás? ¿Cuando me liberaras? ¿Acaso me drogaste? ¿Eso es pastel?

  A cada pregunta su incertidumbre crecía, después de tanto tiempo que paso con Damian, creyendo que ya estaban en buenos términos, el que le secuestrara le tenia inquieto y ver el pastel le ponía hambriento, pero para Tim ese no era el momento de pensar en comida, no cuando Damian se aproximaba a él de forma tan confiada y extrañamente feliz.

  —Responderé todo así que pon atención: — dijo dejando el pastel y la taza con café en una mesita al lado de la cama — Te secuestre, eso es obvio; para que no escapes, aunque tampoco será fácil que salgas de aquí aun sin las cadenas; un apartamento, seguimos en Gotham, bastante alejados, casi fuera del territorio de padre; no te preocupes, no será nada malo, hasta te gustara; no saldrás de aquí hasta que me ames; si, lo hice, pero también te hice un favor, hace tiempo que no dormías bien; y si, para iniciar bien te traje un pastel de tres leches de moca, con un toque de café, junto a tu taza de café.

  Ahora atónito por cada respuesta no sabia que decir, y en la quinta ni a los ojos le pudo mirar, no con esa determinación que mostraba al responder. Apretando su entrecejo con una mano le dio una rápida orejada al rostro del menor, ver ese extraño brillo en sus ojos le hacia sentir vulnerable, soltando un pesado suspiro tomo el plato y probo un trozo del pastel para después dar un sorbo a su café.

  —Rico como siempre, también el pastel pero… — haciendo una pausa dejo su desayuno de lado para ver al menor directo a los ojos — mientras este aquí encerrado no diré que te amo.

  Sentencio tajante provocando la molestia del menor, que tras un chasquido de lengua salió de la habitación, Tim aprovecho eso para quitarse el grillete y pasear por el cuarto, encontrando libros que tenia y algunos otros que quería leer, fotos, revista, proyectos y algunos DVD, también reviso la ventana notando que estaba reforzada tanto por fuera como por dentro.

  Salió al pasillo y abriendo cada puerta encontró otra habitación, el baño y una sala, donde estaba Dami leyendo un libro, paso por la cocina y al tratar de abrir la ultima puerta el menor lo azoto contra esta evitando que girara la manija, trato de forcejear pero el demonio fue mas rápido y antes de darse cuenta ya estaba cayendo en la inconciencia nuevamente, lo ultimo que alcanzo a ver fue a Dami con aguja en mano y rostro molesto.

  —Te dije que de aquí no saldrás.


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Bueeeeeno las cosas se estaran saliendo de control…
Hay que ver como terminara esto

Saludos o/

Seria mas facil drogarloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora