Capítulo 2

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Otra vez él. Durante esa semana no había vuelto a pensar en él pero de repente había regresado a su cabeza volviendo a ocupar sus pensamientos.

Solo faltaba una hora para su cita con Santi y todavía no se había vestido. Lo cierto es que estaba nerviosa aunque no quisiese demostrarlo. Se puso unos shorts vaqueros y una camiseta de manga corta azul. Se calzó las converse y se recogió su pelo castaño en una coleta. Cogió el móvil y las llaves y se marchó. No había nadie más en su casa, puesto que sus padres trabajaban hasta tarde.

Salió de la casa y se fue al instituto. Donde habían quedado.

Cuando llegó a la puerta, Santi ya estaba esperándola.

-Hola, Aurora.

-Hola.

Santi se la quedó mirando unos segundos con una sonrisa que incomodó a Aurora.

-¿Vamos?-le preguntó él.

Santi hecho a andar y Aurora le siguió y se puso a su altura.

 -¿A dónde vamos?

Santi la miró enigmáticamente.

-Sorpresa.

-Genial…

Santi la llevó hasta la parada de autobús.

-¿En qué curso estás?-le preguntó ella para cortar el silencio que se había formado entre los dos.

-Acabo de terminar el bachillerato.

-Entonces, ¿tú tienes ya dieciocho años?

-Todavía no, los cumplo en agosto. ¿Y tú?

-Estoy estudiando cuarto de secundaria. Acabo dentro de dos semanas.

En ese momento llegó el autobús y los dos se subieron y se sentaron en los asientos del fondo.

-Una cosa, Santi.

-Dime.

-¿Cómo sabías donde estaba mi instituto?

-Tampoco hay que ser muy listo para averiguarlo. Es el único instituto que hay en la zona.

Se bajaron en la Gran Vía y bajaron hasta el café 40.

-¿Es aquí a donde me querías llevar? ¿Pero si este sitio es carísimo?

-No te preocupes,-dijo él cogiéndola de la mano para bajar las escaleras.-invito yo. Es lo justo, yo te he obligado a venir.

Aurora se ruborizó.

-Tampoco me has obligado… quiero decir que… que no…-balbució Aurora.

Santi soltó una carcajada.

-No pasa nada, Aurora. No te preocupes.-la sonrió y Aurora sintió que se derretía. ‘’¡No!’’, pensó, ‘’no debo de enamorarme de él. No debo enamorarme de nadie. Bastante tengo ya con David como para enamorarme de otra persona.’’ Así era, el chico por el que latía el corazón de Aurora se llamaba David y era el chico por el que casi todas las chicas de su curso estaban locas y no era de extrañar. David era muy diferente a Santi físicamente. Los dos eran muy guapos pero David tenía los ojos azules y el pelo negro mientras que Santi tenía los ojos verdes y era castaño claro.

Bajaron las escaleras de la mano y se sentaron en una pequeña mesa cerca del escenario uno en frente del otro. Una camarera se acercó para preguntarles lo que querían comer y cuando pidieron se quedaron callados sin saber que decir. Aurora decidió romper el silencio.

-Entonces…¿Por qué me has traído aquí?-dijo con timidez.

-Hoy tocan aquí las Sweet California y pensé que te gustaría escucharlas.

-¿En serio?¡Es uno de mis grupos favoritos!¿Cómo supiste que me gustaban?

-Porque son tan ‘’sweet’’ como tú.-dijo sonriendo.

Aurora se echó a reír al oírle decir ‘’sweet’’.

-Hay una escena en uno de mis libros preferidos que se parece mucho a esto.

-¿Si?¿Y cómo se llama el libro?

-‘’¿Puedo soñar contigo?’’ de Blue Jeans.

-Un nombre un poco cursi, ¿no crees?

-Puede ser pero a mi me encanta.

-Y a mi, porque eso es justamente lo que hago.

-¿El qué?

-Soñar contigo.

Entonces, las Sweet California subieron al escenario y empezaron a cantar ‘’Infatuated’’, uno de sus éxitos.

Estuvieron toda la tarde hablando.

-Háblame sobre ti.-le dijo Santi en un momento dado.

-¿Sobre mi?

-Si, sobre ti. Yo creo que tu eres muy tímida y por eso te refugias detrás de un muro que piensas que es seguro sin darte cuenta de que lo pueden romper.

-¿Por qué crees eso?

-Porque cuando te espere en la puerta de tu instituto te vi nerviosa aparentando ser segura cuando se notaba que no lo eras para nada.

Aurora se ruborizó.

-Y esa es una de las cosas que me encantan de ti.-dijo Santi al verla ponerse roja.

-¿El qué?¿Qué me ponga roja?

-Exactamente eso.-y la guiñó un ojo, cosa que hizo que se pusiera aún más roja.

-Te encanta hacerme rabiar, ¿verdad?

Santi soltó una carcajada.

-Todavía estoy esperando a que me hables sobre ti.-dijo Santi al cabo de unos segundos.

Aurora soltó un suspiro. Cada vez le gustaba más ese chico y por más que intentase odiarlo no lo conseguía.

-Me encanta la música y leer, sobre todo leer. Amo la lectura y la escritura.

-¿Escribes?

-Si, escribo algunos libros pero no son muy buenos.

-Estoy seguro de que si. ¿Y sabes tocar algún instrumento?

-La guitarra.-dijo sonriendo.

-Yo también toco la guitarra.

En ese momento las Sweet California empezaron a cantar una canción lenta y la gente se acercó al escenario a bailar. Santi se levantó y se acercó a Aurora, la cogió de la mano y la sacó a bailar.

-Pero yo no se bailar.-se quejó Aurora.

-No me lo creo.-dijo él arrastrándola hasta la pista. La cogió de la cintura y la atrajo hacia si. Aurora posó sus manos en los hombros del chico insegura. Estaban tan cerca que podía sentir la respiración del chico sobre su cabeza. ‘’No, esto no me puede estar pasando…’’ pensó la chica. Aurora se soltó de sus brazos y se fue hasta la mesa, pero Santi la cogió de la mano antes de que se marchara y la atrajo hacia si otra vez. La volvió a coger de la cintura y acercó sus labios a los de ella. Estos se unieron con una versión de las Sweet California de  la canción de Impossible de James Arthur de fondo.

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