»Capítulo 22: Fuego.

8K 381 124
                                    

Mi acto reflejo al sentir que la puerta se había abierto fue inmovilizarme, sin embargo, Damien continuaba besándome y acariciándome la cintura con sus manos.

-D-damien..- Susurré con la voz bastante temblorosa, incapaz de darme la vuelta por miedo a que fuera su tío, todavía no me apetecía morir. Damien hizo oídos sordos a mis palabras, ya que continuó repartiendo besos por mi cara, más bien por mi mejilla, en dirección a mi cuello, el cual comenzó a besar con tantas ganas como podría tener. -D-da-damien la puerta s-s-se ha..- Repetí una vez más, pero me interrumpió.

-Tranquilo..- Susurró, dando sonoros besos por mi cuello que casi llegaban a ser chupetones. Su voz logró tranquilizarme, pero no por mucho tiempo. Rápidamente me di la vuelta hacia atrás y me encontré la puerta abierta de par en par sin nadie allí. Extrañado, volví mi mirada hacia Damien, que me miraba serio y molesto, lo cual me hizo soltar un pequeño suspiro.

-Lo siento cosita..- Susurré, dándole un pequeño beso en las comisuras de los labios, abrazándome después a sus costados. -Pensaba que tu tío me iba a matar..- Respondí, soltando una pequeña carcajada que Damien continuó.

-Eso es imposible.- Respondió, alzando una de sus cejas mientras nuestras miradas se mantenían unidas.

-No lo es, él me odia..- Suspiré, agachando la cabeza hasta apoyar mi frente en su pecho.

-Nunca lo permitiría, soy más fuerte y ágil que él.- Respondió, mirándome con una gran sonrisa llena de orgullo. Arqueé ambas cejas hacia arriba y comencé a reírme a carcajadas, mirándole mientras asentía con la cabeza.

-Claro..- Susurré mientras asentía, mirándole después con una enorme sonrisa que aún soltaba algún que otra carcajada.

-¿No me crees?.- Preguntó completamente sorprendido, fulminándome con la mirada, cosa que me hizo reír un poco más.

-No sé, no sé..- Respondí, cruzándome de brazos mientras serio, alzaba una de mis cejas.

-Mira.- Respondió y de pronto, la puerta se cerró con un gran portazo. -Trata de abrirla, chulo.- Respondió, haciéndome un gesto de desafío con la mirada. Extrañado, me puse en pie y caminé hasta la puerta; agarré con fuerza el pomo y lo quise girar para abrir pero no pude, era completamente imposible. Supuse que la puerta podría tener truco así que le di una pequeña patada en la esquina inferior junto al marco y de nuevo, intenté abrirla pero nada. Tiré de este sin más hacia dentro para mover la puerta y que quizás así se pudiera abrir pero nada tampoco. Giré mi mirada hacia él y le miré haciendo un pequeño puchero mientras que él me miraba con una sonrisa victoriosa y una de sus cejas alzadas.

-Vaya, tendremos que quedarnos aquí toda la noche a oscuras..- Respondió, acomodándose hacia atrás en su cama mientras su sonrisa crecía un poco más.

-¿A oscuras por qué?.- Pregunté mientras lentamente me acercaba a él. Me daba miedo quedarme a oscuras en esa casa, sabía que tenía tanto mal dentro que a oscuras me sentiría más desprotegido que nunca. A los pocos segundos, las bombillas de toda la habitación explotaron, haciéndome pegar un pequeño brinco sobresaltado. -No Damien, por favor..- Respondí intentando parecer lo menos asustado posible, porque de verdad que lo estaba y mucho. Damien comenzó a reírse a carcajadas, poniéndose en pie mientras se acercaba a mi.

-Tranquilo, saldremos por el balcón.- Respondió, dejándome bastante extrañado por un momento. Sin preguntarme si quiera, se dió la vuelta y me subió a su caballito. -Agárrate fuerte.- Ordenó. Como acto reflejo, me agarré a su cuello con tanta fuerza como mi cuerpo poseía, intentando no caerme hacia atrás. Acto seguido, caminó hacia la ventana y salió por ella, escalando hasta el tejado de su casa. Era como un estilo de parkour pero avanzado, muy avanzado. Sin saber muy bien por qué, simplemente me dejé llevar, mirando de reojo hacia atrás observando como subíamos al tejado. Era fantástico.

Insomnio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora