Insomnio.

»Capítulo 3: En todos lados.

Día siguiente.

Viernes, 19 de diciembre.

8.00 PM

Desperté en mi cama, abrazado a la almohada como un niño pequeño. Le di un pequeño toque al móvil para que la alarma dejara de sonar y me puse en pie delicadamente, frotando mis ojos con las manos, bostezando brevemente. Viernes, último día de la semana, cuatro días de clase restantes, genial. Amo la navidad, con todas mis fuerzas. Podría pasarme toda mi vida en invierno, más que nada por que odio el calor de los veranos. Odio los pantalones cortos, la arena de la playa y muchas cosas referentes al verano salvo las cálidas noches que puedo pasar fuera de casa, disfrutando de las pequeñas brisas frescas que proporciona la noche. Eso sí me gusta, pero no lo demás. Soy un poco raro, lo puedo admitir. Cogí el uniforme de la universidad, unos calzoncillos limpios y caminé hasta el baño de la planta de arriba, me adentré en él y me di una ducha.

Terminé de vestirme en el baño, acomodé un poco mi pelo castaño oscuro y salí en dirección a mi habitación justo cuando sonó el timbre.

-Tienen que ser Luigi y Emma, ¡yo abro!.- Exclamé corriendo al interior de mi habitación para coger mi mochila; me la colgué de un brazo y volvieron a timbrar.- ¡Ya va!.- Exclamé agarrando el pomo de la puerta, girándolo para abrirla.

-¡Aleluya!.- Exclamó Luigi, el hermano de Emma. Bastante alto, no muy corpulento pero con la fuerza suficiente para no morir en una pelea. Pelo negro, tanto como el carbón, ojos color miel y pequeñas marcas de acné por la cara.

-Tenía que coger las cosas, no voy a ir sin los libros.- Respondí dedicándole una mirada poco fulminante, acompañada después con una pequeña sonrisa.

-Sabías que pasaríamos por ti, lo que pasa es que eres un tardón.- Intervino Emma soltando una pequeña carcajada mientras salíamos por el portón de mi casa, comenzando a caminar en dirección a la universidad.

-Tampoco os paséis, eh.- Hice pucheros mientras les miraba, dándole una pequeña palmada en la espalda a Luigi.- ¿Qué, cómo estás? ¿Ya estás recuperado?.- Pregunté, dedicándole una pequeña sonrisa.

-Pues mejor, mucho mejor la verdad.- Respondió, asintiendo con la cabeza repetidas veces.- Pero me ha costado levantarme de la cama.. Maldito catarro.- Añadió. Emma soltó una gran carcajada y nos miró.

-Eres un debilucho. Yo nunca me pongo tan mal por un simple catarro..- Respondió Emma haciendo un gesto cual actriz de Hollywood.

-Oh, discúlpeme Superwoman..- Ironizó su hermano, haciéndome soltar una gran carcajada. Luigi nos lleva un año a ambos, ya que Emma y yo tenemos la misma edad. Lo que ocurre es que Luigi tiene algunas asignaturas suspensas del primer curso y por eso acude a algunas clases con nosotros. Quién lo diría, el hermano de una de las chicas más listas de toda la universidad tiene asignaturas suspensas.

Cerca de veinte minutos después llegamos a la universidad. No es que quedara cerca de mi casa, ya que habitualmente se tarda más, pero al estar casi en navidad, el frío es más que notable en el cuerpo de uno y más a las ocho y pico de la mañana.

-¿Tenéis examen ahora?.- Preguntó Luigi mientras entrábamos al recinto de la universidad, caminando hacia la puerta.

-No, a las doce y media tenemos uno, creo.- Respondió Emma poniendo cara de circunstancia, lo que me hizo soltar una carcajada.

-Tranquila, no es hoy, es el lunes.- Respondí, dándole una pequeña palmadita en la espalda, haciendo que suspirara aliviada.- ¿Tú tienes?.- Pregunté subiendo las escaleras para ya llegar a la puerta principal.

-No, pero tengo clase con un profesor que me tiene manía así que si me disculpáis..- Tanto Emma como yo asentimos con la cabeza y su hermano aceleró bastante el paso, entrando al edificio. Pocos segundos lo hicimos nosotros, y cuando miré hacia mi taquilla, observé como Damien, el chico nuevo, estaba guardando sus cosas en la taquilla de al lado. De al lado. ¿A caso no había decenas de taquillas en toda la universidad para que le hayan tenido que dar la que está justo a mi lado? Ni si quiera me había enterado de que estaba libre, mierda.