Nueva amistad

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Hacía frío afuera, gracias a dios, los muchachos se encontraban en casa, recibiendo el calor de la chimenea y disfrutando de una intensa y entretenida conversación.

Ambos estaban sentados en el suelo, uno frente al otro. Era impresionante lo rápido que se les pasó el tiempo.

A medida que pasaban los minutos, más tenían de qué conversar. Incluso ya Varian le había explicado más de la mitad de los inventos que ha creado y los que estaba por crear.

Ni siquiera habían notado que ya llevaban hablando un poco más de dos horas sin parar, haciéndose las nueve de la noche.

-Gracias por prestarme tu ropa, Varian... Te prometo que mañana temprano la lavaré y te la entregaré.- agradeció ella.

Al llegar a la casa, la ropa de ella estaba completamente mojada, así que su contrario decidió prestarle algo de su armario para que ella no se enfermara por el frío.

-No es nada... Fue mi culpa que tu ropa se mojara, después de todo. No tienes que devolverla, ni siquiera me gusta.- confesó un poco cómico, cosa que a ella le divirtió.

-Gracias... Todo lo que haces es increíble, realmente te envidio. Cómo quisiera tener tu inteligencia- confesó sonriente y un tanto apenada.

Varian se avergonzó notoriamente por ello. Realmente no estaba acostumbrado a recibir tantos cumplidos por su trabajo...

Bueno, quizás sí ha escuchado uno que otro cumplido por algún conocido, pero el hecho de que Eleonor esté tan contenta por aprender y por conocer sobre la alquimia le genera una alegría distinta. Le recordaba a él cuando se volvió autónomo en su oficio, si podía llamarle así.

-Bueno, sí es difícil alcanzarme, debo decir...- alardeó con seguridad, sacándole risas a su contraria. -Pero no es imposible que tú aprendas...-

-¿Realmente crees que yo podría aprender y ser como tú?- preguntó con sorpresa.

-Bueno, es imposible ser como yo, pero sí podrías acercarte.- respondió.

-Wow... Cómo quisiera aprender Alquimia, me encanta...- aseguró sincera.

-...- el muchacho guardó silencio por un momento. Pensó en cómo sería si ella fuese su amiga y se vieran más seguido. –Eleonor, ¿Dónde vives?-

-... ¿Porqué la pregunta?-

-Si vivieras cerca, podría enseñarte muchas cosas.-

-¿¡D-De verdad me enseñarías!?- cuestionó al acercársele al chico, sorprendida por la sugerencia.

-Por supuesto, ya que te gusta tanto... Quizá podrías volverte una alquimista como yo.-

-¡E-Eso me fascinaría...! Es algo maravi...- entonces ella se detuvo.

Casi olvidaba un detalle importante.

Ella estaba ahí por un motivo. No podía quedarse con él. Además, ella es de otro reino, lejos de aquí.

...No podía permitirse quedarse en esta aldea cuando tiene tantas cosas por hacer.

-Es... ¿maravilloso?- dijo el muchacho, terminando la palabra que su contraria dejó inconclusa.

-Sí... Sería maravilloso...- entonces su rostro contento pasó a uno desanimado.

-¿Estás bien?- le preguntó. -¿Dije algo malo o...-

-No, no... No dijiste nada. E-Es solo que... No puedo quedarme. Tengo que seguir con mi viaje.-

-...- el muchacho no sabía por qué estaba viajando. Era perfecto el momento para preguntar. -¿Por qué estás viajando? ¿Qué buscas?-

CHANGES | Tangled FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora