Es en mis letras
donde se esconden
mis demonios internos.
Es ahí donde muestro
todas mis heridas,
esas que no sanaron todavía.
Es en mis letras
donde viven las cosas
que nunca dije,
esas cosas que no tuve
el valor de decir,
y que parecían estar de más.
Es ahí donde muestro
todos mis miedos,
mis ilusiones,
mis sentimientos,
mis defectos,
y lo que no logré dejar atrás.
Es en mis letras
donde logro fluir
y ser yo misma.
Es ahí donde
puedo mostrar todo
lo que llevo dentro mío
sin temor al qué dirán,
aún sabiendo que
cualquier persona
puede opinar, pero
¿qué más da?
No hay nada más especial
que el saber que mis letras
tienen un efecto positivo
en la vida de otros.
Quienes me conocen
saben con profundidad esto.
Saben lo difícil que es
para mí ser un libro abierto
y dejar expuesto todo lo que soy.
Es en mis letras
donde parece que
tengo control
sobre mí y mi vida,
y sobre lo que quiero
o no mostrar.
Es en mis letras
donde lloro,
sin siquiera derramar
alguna lágrima.
