Sweet Peril. (The Sweet #1) [EDITANDO]

Capítulo 11

El baile de Bienvenida

—Después de clases iremos a comprar nuestros vestidos —me informó Sam sentándose a mi lado en la mesa de la cafetería.

—Está bien —asentí sonriente.

— ¿Están emocionadas por el baile? —preguntó Alli sonriendo.

—No tanto —dijo Sam encogiéndose de hombros.

—Más que emocionada, estoy algo nerviosa de volver a cantar frente a todos —admití algo avergonzada.

—No hay de qué preocuparse —me tranquilizó Ethan.

—Solo si llegas a vomitar —dijo Sam burlándose.

—Ja, ja, muy graciosa —dije mirándola mal.

—Vamos, todo saldrá bien —dijo Bennett sonriéndome.

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Al salir de clases me subí al auto de Sam, ella salió del estacionamiento mientras yo llamaba a papá para avisarle que iría con Sam a la ciudad para comprar nuestros vestidos, pude cortar la llamada luego de batallar con él durante casi diez minutos sobre no comprar un vestido demasiado revelador, que no fuera más de tres dedos por encima de la rodilla y un montón de cosas más.

—Así que... ¿usarás un vestido de monjas? —dijo Sam divertida.

—No me extrañaría si al llegar a casa me encuentro con uno —Sam soltó una carcajada.

Reí junto a ella.

—Sabes, me parece algo gracioso que estemos yendo por nuestros vestidos casi al último minuto —comenté luego de un tiempo de estar solo escuchando música en la radio.

—La verdad es que sí, apuesto a que la mayoría de las chicas compraron sus vestidos incluso antes de empezar clases —reí por el comentario de Sam.

— ¿Crees que encontremos un buen lugar para comprar? —pregunté curiosa.

—Claro que si porque conozco el mejor lugar de todos en la ciudad —dijo confiada mi nueva amiga de cabellos lila.

Cuando llegamos a la ciudad, Sam condujo por unos veinticinco minutos, hasta que se detuvo delante de una tienda con una fachada algo desgastada, miré a mi alrededor y la mayoría de las tiendas en la calle tenían las fachadas algo viejas. Miré a Sam algo extrañada.

— ¿Estás segura que es aquí? —pregunté no muy convencida del lugar.

—Claro que sí —dijo sonriéndome —vamos —tomó mi mano y me arrastró dentro de la tienda.

La campanilla detrás de la puerta anunció nuestra llegada, como no había nadie dentro me dedique a estudiar la tienda por dentro y quedé sorprendida, pues la ropa en la tienda era hermosa y el lugar estaba muy bien cuidado por dentro, "no juzgues a un libro por su portada" ese dicho sí que era acertado.

—Samantha —dijo alegremente una hermosa joven que había salido de una puerta trasera.

—Valentina —dijo igual de alegre Sam, Valentina estrechó en sus brazos a Sam antes de soltarla.

—Anna, ella es Valentina, mi hermana —miré de una a otra y el parecido no era mucho, por lo que no me había dado cuenta de eran parientes.

Valentina tenía los ojos verdes que combinaba con su tez olivácea y su cabello castaño era ondulado.

—Hola, mucho gusto —dije sonriendo educadamente, extendí mi mano.

—El gusto es mío —dijo alegremente estrechando mi mano.