Capítulo 2

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Terminé de fumar y baje del tejado, me deslicé por el árbol y entré por la ventana de mi cuarto. Encendí la luz y como de costumbre había ropa sobre mi cama que aún seguía sin hacer, habían libros y papeles rebosados  por el escritorio, más que un cuarto parecía un garaje abandonado, No recordaba la última vez que lo había  limpiado o que había dejado que alguien entrara y lo limpiara... tal vez fué hace trece meses.

Descolgué la mochila de mi espalda, me quité la chaqueta   y los aventé sobre la cama, encendí  mi laptop y procese las fotografías que había tomado. En lo único que seguía siendo ordenada era en mis fotografías, tenía una carpeta por día; cada noche movía las fotos que había tomado durante ese día de mi cámara a la laptop y las almacenaba en diferentes carpetas nombradas con fechas para diferenciarlas , era algo que me gustaba hacer, aunque pareciese bobo y estúpido era una de las cosas que aún hacia.

Comencé con mi tarea nocturna y almacené las fotografías, cree una carpeta para este día  y la nombré ( 26-Ago-18 ) luego me dispuse a seleccionar y conservar las fotografías que consideraba sobresalientes y deseché el resto. Comencé a analizar las fotografías una por una y me topé con la de la pintura;  me gustaba mucho esa fotografía,  en ella la pintura  se podía contemplar a plenitud, al fondo se podía apreciar las diversas flores que había capturado en La Fotografía y justo en el fondo estaba el muro de piedra y la pintura del atardecer rompiéndose.

Amplíe la imagen y la observé unos minutos más, representaba algo esencial lo sé, pero no lograba entender exactamente que era. La pintura tenia como proyección dos escenarios, en un lado se podía apreciar un campo plagado de flores, flores de todos los colores y formas, del otro lado el mar ondulante y creciente yacia en espera de alguien  que lo navegara, en el centro de la pintura, una diminuta sombra de una persona que observaba el atardecer, el atardecer que literalmente se caia a padezos sobre el ,y justo en la parte inferior del cuadro, un derroche  de colores al azar se dicipaba, producto del desespero del pintor cuando arrojó el pincel brutalmente hacia la pintura, era lo que suponía. Tal vez el significado era obvio pero, yo no lograba deducir cuál  era y eso me eszasperaba un poco. Luego, la guardé  Y La coloqué en el fondo del escritorio del ordenador, así podría verla cada vez que lo ensendiera. Y eso se resumía en todos los días.

Baje la pantalla del ordenador y me dirigí a la cama, no me  preocupé por cambiarme de ropa o despojarme de ella, solamente me dejé caer en ella y observé el reloj junto a mi cama, 11: 10; a esa hora Meg ya debería estar en casa, antes; siempre hablabamos antes de dormir, era una costumbre, pero ahora  no lo hacíamos muy continuamente, pensé en llamarla pero no lo hice; seguí observando el reloj fijamente, con la mente en blanco, cuándo parpadee el reloj había avanzado más de lo que yo era consciente, 11: 39. Tomé mi teléfono y texteé un mensaje a Meg.

' LA PERFECCIÓN  SE QUEDA INMOVIL' - escribí y presioné Enviar.

Cinco minutos después el teléfono vibró.

' MIENTRAS LOS MORTALES PASAN DE LARGO ' - Contestó ella.

Vi el mensaje y el alivio retumbó en mi cuerpo. Había cosas que no cambiaban, sólo se distorcionaban un poco.

○○○

Hacia ya trece meses que no soñaba, dormía como una persona normal se suponía que lo hacía Pero, nunca soñaba, sólo recordaba y esos recuerdos se convertían en pesadillas y siempre eran las mismas pesadillas, una y otra vez, me veía a mi,  llegando  casa y abriendo una puerta, abrir esa puerta fué lo peor que pude hacer, abrir esa puerta fué el punto de partida de todas mis desgracias.

Me desperté agitada y aunque me pasaba todas las mañanas al despertar, aún no me acostumbraba  a la sensación de opreción y asfixia que inundaba mi pecho. Me cubrí el rostro con las manos y luego observé el reloj, 6: 45 AM; tenía tiempo de sobra para ir  a clase, me levanté de la cama y me dirigí  a la ducha pero antes me observé brevemente en el espejo, casi causaba lástima, ahí estaba yo;  con mi cabello  negro azabache con puntas rosa  completamente enmarañado, el rimel corrido y las ropas arrugadas, mi antiguo yo no se hubiera reconocido.

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