Capítulo 16

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- Ya estoy lista, los chicos nos esperan fuera - dijo Meg mientras rebuscaba en su bolsa - Wow ¿ qué pasa ? - Preguntó cuando se percató de mi expresión.

- Nada, vámonos ya

- ¿ Enserio va todo bien ?

- Si - ya podía sentir el anhelo de la heroína o de cualquier  cosa que me distrayera.

Comenzamos a caminar en silencio hacia la salida de la preparatoria y consigo aumentaba el deseo de drogarme o de tan solo fumarme un cigarrillo, casi podía imaginar el humo jugando en mi boca y era una sensación hermosa, pero no tan placentera como sentirlo de verdad.

Empujamos las puertas y justo como había dicho Meg, los chicos nos esperaban fuera. Tan sólo de ver a Tyler mi sangre comenzaba a ebullir, no paraba de imaginarlo revolcandose con Peyton mientras  yo soñaba con él. ¡ Qué se jodan ambos ! 

- ¿ Has hablado con Alex ? ¿ o sabes algo de él?  - Pregunté mientras  descendiamos por los escalones.

- ¿ Qué?  - sonrió - ¿ Me preguntas por Alex ? - codéo mi brazo.

- No te emociones - Advertí

- Hace rato llamó a Will, creo que dijo que estaría en su casa; bueno en la casa de Tyler , ¿ Por qué el interés?  

- Por nada, y déjalo estar - le advertí nuevamente

- ¿ Y que haremos esta tarde ? - Preguntó Will cuando nos reunimos.

- Dave y yo tenemos práctica con el equipo - dijo Tyler

- Toda la tarde - inquirió Dave

- ¿ Y ustedes que harán chicas ? - Preguntó Dave.

- No tengo planes - respondió Meg abrazándose a Dave.

- ¿ Y tú Maya ? - quiso saber Will

- Tengo cosas que hacer

Tyler se enderezó

-  Bueno, supongo que dormiré toda la tarde - analizó Will mientras estiraba sus labios.

Dave vío su reloj y palmeo el brazo de Tyler  indicándole que tenían que irse.

- Adiós amor  - Dijo Dave y besó a Meg tiernamente.

- Adiós - sonrió y devolvió  el beso. Will vío hacia otro lado.

Mi teléfono vibró y encendí la pantalla para verlo.

  Voy a la tienda ¿ quieres venir conmigo ? - leí en la pantalla.

No, ve tú  - textee en respuesta.

Era la primera vez que la abuela me enviaba un texto porque no sabía muy bien como hacerlo,la tecnología no era lo suyo aunque ella no luciera como una persona arcaica. La situación y el hecho de imaginar a la abuela sosteniendo el teléfono con el brazo totalmente extendido e intentando escribir sólo con el índice, me pareció algo muy gracioso y aunque quería, no pude reprimir una sonrisa. 

Justo en el momento en que deposité el teléfono en el bolsillo, levanté la vista para encontrarme con los ojos de Tyler atravesandome como cuchillos.

- No hagan planes conmigo está noche - anunció mientras se colgaba la mochila  - saldré con Peyton.

Ese dolor punzante  en el pecho de nuevo.

Dave arrugó el  entrecejo al mismo tiempo que comenzó alejarse junto a Tyler.

- ¿ Están saliendo?  - Preguntó Dave.  Pero no pude oir la respuesta.


○○○

Comenzaba a dolerme la cabeza y a transpirar cubos de hielo. Luego de que Will y Meg me trajeran a casa, yacía tumbada sobre mi cama con la ansiedad carcomiendome los huesos mientras la engañaba con un cigarrillo y hierva, mis ojos se inyectaban cada vez más en sangre pero no lo suficiente, porque aún no sentía lo que quería sentir y no olvidaba lo que quería olvidar, pero lo  que más me preocupaba era que los suministros secretos de droga que escondía en el armario se estaban agotando, además; que mi pequeña guarnición no contaba con la variedad que me gustaba y para empeorar la situación, estaba considerando comprarla con sexo como la otra vez y aunque no me había gustado en absoluto hacerlo, había ganado un buen botín. La habitación estaba casi inundada de humo y el olor a hierva expelía por todas partes, si la abuela estuviera aquí, de seguro le daría  su segundo infarto.

Luego de mucho pensar, y no pensarlo bien, solo pensarlo; decidí incorporarme de la cama y salir en busca de Alex a suplicarle, aunque la idea me pareciera poco atractiva, era la única forma que encontraba para recuperar mi vida. El plan era aprovechar que Tyler ni sus padres estaban en casa, así podría disminuir la humillación de clamar por el regreso de algo que tarde o temprano terminaría matándome, sólo que no contaba con que me equivocaría nuevamente , eso no era lo que me mataría.

Al llegar a la casa desde la entrada se podía oir la música que se colaba por las ventanas . Toqué y aporree la puerta pero no había señal de Alex, así que para mi alivio recordé aquella vez en la que Tyler bebió hasta casi perder la consciencia, tuvimos que traerlo aquí y al igual que hoy sus padres no estaban en casa; así que nos hizo saber que siempre guardaba una copia de las llaves junto a los tulipanes de su madre. Rebusqué entre las flores hasta hallar la llave y meterla en la cerradura. Dentro, la casa estaba en perfecto orden y no se podía escuchar otra cosa que no fuese la música que hacía eco en toda la casa y provenía de arriba.

Ascendí a trote por las escaleras y localicé la qué dí por hecho la habitación de Alex, entre más avanzaba, más se intensificaba el ruido. Con sigilo giré el pomo de la puerta y la abrí con lentitud mientras el sonido de la música me azotaba la cara. Era una habitación de amplía, y por lo visto, una en la que ya había estado; era la misma habitación en la que había hallado a Alex desnudo, en la noche no había podido distinguir más que el reflejo de luz y el ventanal enorme que había justo en frente, ahora podía apreciar una habitación pulcra y limpia, con colores oscuros y unos cuantos cuadros en los rincones, en el espacio de la cama había total orden, pero en el otro extremo, galones de pintura y manchas de colores se dispersaban sobre el plástico que cubría el suelo, era como si me encontrara en dos habitaciones distintas, una la de un adolescente amante de la música y la otra un estudio de un pintor rebelde.

Alex se encontraba enfrente de un lienzo y de espaldas hacia mi, no llevaba mas que  unos jeans gastados y la espalda manchada por gotas  de pintura. Nunca me había visto en la tarea de contemplarlo Y ahora podía hacerlo; Alex era alto, de cintura pequeña  pero no de una forma delicada, sus hombros daban la ilusión de ser anchos, por sus brazos y espalda se notaban músculos definidos y trabajados, tenía cabello negro y desordenado, apocado en los laterales y aumentado  en la parte superior; lo contemple de arriba  abajo cuidadosamente para que no se me escapara ningún detalle Y justo cuando repase su cintura, me fijé en la tinta negra que lo decoraba, tenía un tatuaje y no lo había notado.

La tinta se deslizaba por lo bajo de su cintura, por  su cadera, ocultando la mayor parte por el elástico de su boxer dándole un toque sensual y atrevido. Me recargué en el marco de la puerta mientras lo veía pintar, su mano ágil y confiada se movía por el lienzo trazando líneas y rellenando figuras, aplicando colores y formando una sola imagen,  una imagen colorida y abstracta.

Cuándo Alex se puso en pie en un simple movimiento, todos los músculos de su cuerpo se le tensaron dándole  afinidad a su postura. Tenía un rostro bello, una mezcla entre lo sano y lo podrido, en el buen sentido de la expresión; era como si fuera poseedor de una simpatía y ternura única, la ternura de un niño mimado, pero cuando sonreía con coquetería  y observaba fijamente, era como si fuera el hombre más sensual y sexual del mundo, era algo así como su habitación teniendo dos panoramas casi  un mismo lugar, el era como un mismo cuerpo con dos caras, con dos mundos, un solo espacio, una sola galaxia  con miles de universos y con un millón de posibilidades de ser explorado, conocido, recorrido y yo quería recorrerlo.


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