Capítulo 6

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Tres golpes bruscos en la puerta me despertaron, eso más el estridente sonido que salía por la bocina de mi teléfono. Como pude, lo busqué aún adormilada; en mis bolsillos.

Llevé el teléfono a mi oído sin revisar de quien se trataba - Abre la puerta - Dijeron al otro lado de la línea y también de la puerta.

Me desplomé de nuevo en el piso y me cubrí el rostro con el brazo.

- Maya, hablo en serio; abre la puerta- Anunciaron tras otro golpe

Me impulsé nuevamente y pude ponerme de pie, sin revisar mi aspecto caminé a la puerta y quité el cerrojo, la puerta se abrió inmediatamente.

- Oye ¿ Qué pasa contigo ? Llevo mucho... - Meg dejó que las palabras flotaran en el aire

Debí verme realmente mal o peor que lo usual porque sus ojos verdes me escrutaron sin compasión alguna, era eso o Quizas estaba escandalizada por el aspecto de la habitación. No le preste atención y fui directo a la cama donde me deje caer.

- ¿ Te quedarás ahí ? ¿ o vas a gritarme de una buena vez ? - Dije contra la almohada

- Te llame en la noche pero no respondiste
- La abuela no se sentía bien
- Si, ya me lo ha dicho cuando llegué - Apuntó - Dijo que se sentía mejor así que fué a la floristería

- ¿ Se Veía bien ? - Pregunté
- Cómo si nunca hubiera tenido gripe
- ¿ Qué pasó ayer ?
- Nada
- Maya, ¿ Qué pasó? Te fuiste de casa de Tyler sin avisar, te busqué y no estabas, luego te llamé y no respondiste.

- Estaba con la abuela
- Si, ya me dijiste eso
- Pues eso es todo, sólo no quise quedarme y vine a casa

Meg guardó silencio un minuto, un minuto que fué eterno, fué tan extenso que pensé que se había marchado, de no ser por el peso sobre la colcha que me indicó que se había sentado junto a mi, habría pensado que se había marchado.

Me tomó desprevenida, así que no pude reaccionar cuando Meg se tendió sobre mi y apoyó su frente sobre la parte posterior de mi cabeza.

- Te extraño - Dijo
- ¿ De que estás hablando ?

No respondió, sólo comenzó a llorar, sus lágrimas comenzaron a humedecer mi cuero cabelludo y a deslizarse por mi cuello.

- Maya dijiste que lo intentarías, dijiste que tratarias de continuar y ni siquiera estás tratando.

No me moví, sólo la escuché, tampoco le dije nada porque sabía que tenía razón, sólo me quedé ahí, recibiendo sus lágrimas.

- Ya no quiero verte así, no quiero que te castigues de esa manera, ya no más; por favor, nos lástimas más a los que te queremos que a ti misma.

Tomé aire y respiré profundo, luego; me moví para levantarme de la cama; Meg también se movió, así que ahora estábamos sentadas una al lado de la otra.

- No quiero desilucionarte pero, ya nunca seré la misma; aunque todos quieran que así sea, se que es difícil para ustedes pero es más difícil para mi, he cambiado y tienen que aceptarlo, porque yo estoy tratando y aún no lo consigo y se que será un trabajo largo porque, es lo que va a pasar y no lo puedo cambiar, lo que murió no fué algo imaginario, fué mi alma y eso es más real que cualquier cosa.

Esta soy ahora - Continúe - y lo único que quiero que siga igual, es que las personas que estuvieron conmigo antes, estén conmigo ahora.

Meg me observó de nuevo pero, no dijo nada; solo me observó con ojos inexpresivos, luego añadió.

- Te ves horrible - Dijo tratando de bromear
- No tanto como tus pies de bailarina - Dije tratando de responder a la broma.

Tuve la necesidad de apoyar mi cabeza en su hombro y así lo hice, ella me sujeto sujetó con su brazo y nuevamente apoyó su cabeza contra la mía, y luego en el gesto más sincero beso mi cabeza, en ese momento me sentí protegida como hacía mucho tiempo no me sentía.

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