Capítulo 9

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No recordaba la última vez que había despertado desnuda porque así lo anhelaba y no sólo lo necesitaba. Lo sentía lejano y ajeno, y así quería que fuera, como si no hubiera sido yo la que en un ataque de desesperación y ansiedad había ofrecido cosas que no quería ofrecer, pero de todas formas lo había hecho y por eso, entre muchas otras cosas, se sentía sucia y manchada. Pero, para mi alivio esta mañana no había despertado desnuda, y tampoco con un desconocido en mi cama o un vendedor de drogas, pero tampoco estaba Alex.

Comencé a abrir los ojos lentamente, esperando a que mis sentidos se normalizaran y decidieran salir a flote, estiré los brazos como si estuviera intentando despertar del sueño más profundo y deseoso, estaba tratando de disfrutar el despertar, pero en contados segundos una punzada de electricidad se estrelló en mi cerebro y me hizo abrir los ojos de par en par.

Palpé mi cuerpo, comprobando que llevaba ropa, no suficiente pero era mi ropa. Aún tenía mis pantalones negros de la noche anterior y mi pecho se cubría solamente por la tela de mi sujetador, que para mi sorpresa, estaba abrochado. Comencé a observar a mi alrededor, buscando una señal de Alex o algún atisbo de que la escena penosa de anoche sólo existía en mi cabeza y era producto de lo drogada que estaba, pero no había nada.

Después de literalmente, ofrecerme a Alex, no recordaba nada mas, como si apartir de ese momento mi memoria se hubiera borrado, no recordaba si habíamos tenido sexo o no, sólo recordaba la sensación deliciosa de el veneno de la heroína deslizarse por entre mis venas y la relajación consumante que esta traía consigo.

Me deslicé fuera de la cama y me mantuve en pié en el centro de la habitación. Aún estaba hecha un chiquero, ropa tirada y amontonada por todas partes, junto con envoltorios de comida, me dirigí al baño y eché un vistazo dentro, estaba igual que siempre, tal vez era la única parte de la habitación que estaba presentable y acogedora. Salí y fuí directo a la puerta de la habitación, como si Alex me estuviera esperando en el pasillo para burlarse de mi. No estaba. Cerré la puerta de un portazo.

Entré de nuevo nuevo al baño y me desnudé, vi mi reflejo un momento en el espejo empañado, me llevé la mano al cuello, allí; dónde los labios de Alex se habían atrevido a estar, repase el camino de su boca hasta llegar a mi pecho, luego a mis caderas dónde sus manos me sujetaron y respiré profundo tratando de recordar su aroma... Tyler era magnífico.

Abrí los ojos como platos... Tyler;  recordé a Tyler.

Corrí hacia la regadera y  trate de  ducharme lo más rápido posible, cuando terminé salí a tropezones y envolví mi cuerpo en una toalla, urgué en el armario y me vestí, de nuevo con ropas oscuras. Bajé las escaleras rápidamente y fuí directo al garaje. El auto de Tyler estaba ahí, al menos ahora tenía la certeza que Alex si había estado en mi casa. Subí de nuevo las escaleras y entré en mi habitación para tomar la mochila, eran las ocho y treinta de la mañana, ya había perdido mi primera  clase, algo que para nada me importaba,pero iba a ir a la escuela de todas formas. No me molesté en sacar nada de la mochila, sólo revisé que dentro estuviera la cámara, el teléfono y unos cuantos cigarrillos.

Cerré la puerta con llave y encendí el teléfono cuando estuve frente a la puerta, la abrí y salí de la casa, fuera los rastros de una tormenta eran visibles, las hojas de los árboles estaban escandalosamente dispersas por toda la calle y el césped. La mañana era fría y la brisa soplaba devilmente.

- ¿ Qué pasó abuela ? - Pregunté contestando el teléfono.

- Oh hija, estuve llamándote toda la noche pero no respondiste - Dijo la abuela a través de la bocina del teléfono.

- Tal vez porque el teléfono estaba apagado

La abuela suspiró-  Maya, estoy en la floristería, no pude ir a casa anoche por la tormenta, así que me quedé  aquí y volveré hasta esta noche ¿ estarás bien sin mi ?

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