Unos labios bonitos. Unos labios turgentes. Unos labios luciendo gruesos, esponjosos, rellenos y relucientes; pintados delicadamente con atrevido labial desde una comisura hasta la otra, bordeando su embriagante voluptuosidad. Donghae los miraba atento, sin pestañear. Los miraba y el aire se volvía más pesado, más espeso. Los miraba y nacía en él una apremiante necesidad. El calor se vertió en su vientre y se diseminó como fuego por cada rincón de su ser. Esos labios mullidos, afelpados... Donghae los anhelaba probar, y trazar con su pulgar el hinchado labio inferior. Quería besarlos y hundirse en esa cavidad.
Se le escapó un gemido, y luego otro, pero qué importaba cuando esos labios estaban cerca, moviéndose despacio, con sensualidad, articulando palabras que no se llegaban a oír. Donghae no necesitaba escucharlas. Sólo necesitaba estar cerca, un poco más cerca, entonces pudo sentir su respiración mezclándose con la suya.
Un tirón en su parte baja. Donghae sintió la palpitación dentro de su pantalón y guió su mano allí, donde su miembro se llenaba, sin apartar los ojos de esos labios.
—Dame un beso —pidió hipnotizado, su respiración siendo irregular.
Pero esos labios sonrieron traviesos y articularon silenciosamente un "no". Donghae frunció el ceño, sin embargo, no se apartó. No podía hacerlo ni aunque quisiera. Había un lazo invisible tirando de él hacia esos labios y Donghae quería saber a qué preciosa divinidad pertenecían. Levantó la vista para apreciar el rostro completo de aquella chica, pero en ese segundo exacto los labios bonitos se apartaron quedando todo en oscuridad.
Donghae se angustió, pero el sentimiento duró poco cuando notó a lo lejos a una persona de espaldas, mirando hacia él por sobre su hombro. El rostro estaba cubierto en brumas, excepto esos labios de pecado que reconoció incluso en la distancia. Se acercó a ella despacio, por detrás, apreciando el top negro y el short diminuto que traía. Había un montón de piel sedosa y nívea a la vista. Inmediatamente sus manos hormiguearon, sintiendo la urgencia de tocarla, de pasar sus manos por los hombros, de deslizar esas tiritas que sostenían el top y desnudarla. Le urgió la necesidad de descender sus manos por el torso delgado y anclarse a esa cintura delicada.
Un jadeo lastimero. El calor se intensificó. Donghae apretó la mano en su miembro y el sudor cayó por sus sienes. Gimió, fuerte, largo. Corrió hacia ella y se detuvo tan solo a unos pasos detrás. Titubeó, sin saber qué decir o qué hacer. La chica extendió los brazos hacia atrás y Donghae tomó sus manos con las suyas. Ella las llevo a su abdomen y Donghae la abrazó torpe. En ese instante la bruma se disipó. La cabeza de Donghae se aclaró y distinguió que aquel cuerpo distaba mucho del de una mujer. Era un cuerpo delgado y fibroso, pero caliente y más sensual de lo que creyó en un principio. En vez de curvas, encontró un pecho plano, torneado, un abdomen trabajado y unas piernas con músculos largos aquí y allá. Era el cuerpo de...
—Hyukjae —murmuró, apoyando la cabeza en el hombro de aquel.
Hyukjae sonrió, con esos labios hipnotizantes. Donghae sintió su entrepierna palpitar más fuerte, entonces lloriqueó incapaz de controlarse. Sus manos se pasearon por aquel cuerpo, se hundieron bajo el top y acariciaron cada centímetro de piel.
—Tranquilo —susurró Hyukjae—. Todo va a estar bien.
ESTÁS LEYENDO
Encantadora torpeza [FINALIZADO]
Fiksi PenggemarSe tropieza, trastabilla, corre en el escenario y va de bruces al suelo. Generalmente, se confunde. Quiere beber de la botella en su mano y, en vez de eso, bebe de su micrófono. Para mala suerte de Donghae, casi siempre hay una cámara transmitien...