Connor había notado que Hank cuando estaba cerca de él sus manos solían temblar o al hablar tartamudeaba ligeramente, Connor debía saber la razón.
— Teniente, ¿Por qué sus manos tiemblan cuando hablamos? — Preguntó en la cafetería de la estación, acompañaba al peligris mientras este bebía algo.
— ¿A qué mierda te refieres? Yo no tiemblo.— Dijo antes de llevarse la taza a la boca, el temblor de estas provocaron que derramara un poco en su camisa.
— Ahora mismo lo hizo, deberá mojar la mancha antes de que sea tarde.— Indicó el androide, pero el contrario solo le alzó el dedo.
— Connor, vete a la mierda.— Su voz tembló al pronunciar el nombre del castaño, mas salió de allí con taza en mano hasta su despacho.
— Tierno.— Habló inconscientemente, era nuevo ver a su compañero de tal manera y aunque no entendía la razón le gustaba.
Le gustaba verlo enamorado.