[Ilustración: https://www.artstation.com/artwork/1BG9K]
Hoy has llegado a Hollywood. Tienes por delante varios meses de ensayos previos al inicio de la filmación, así que te han alojado en un bonito hotel y ponen a tu servicio un montón de comodidades tales como el transporte. Todo está en el contrato.
Las cosas marchan bien... aunque los haters de twitter han atacado bastante a los patrocinadores de Dungeonslaughter por presuponer que la competición la ganaría un varón, tú estás a salvo. Recibes muchísimo apoyo en las redes sociales a pesar de los intentos de LuckyPants por desacreditarte... Sospechas que D.Va tiene algo que ver en eso.
En cuanto llegas al estudio donde trabajaréis, comienza la magia: tienes que desnudarte para que los sastres y las modistas puedan tomarte las medidas. En cuestión de minutos te han rodeado los brazos, las piernas y las caderas con distintos tipos de tela, y están comparando muestrarios de colores con tu pelo, tu cara y tu boca... (los maquilladores también participan). Un grupo muy grande con staff especializado en FX trata de decidir qué hacer con tu pelo. Se supone que la villana demoníaca a la que encarnas (Nossyrth, ama del eclipse) tiene unos enormes cuernos decorados con finas joyas de platino que tintinean cuando se mueve, y el equipo de efectos especiales no termina de decidir dónde estará el límite entre el croma y el 3D...
Entonces, en medio de toda esa monotonía glamurosa, aparece por fin tu compañera de reparto Hana Song. Su piel parece de porcelana, su cabello brilla... te recuerda a una muñequita. Hace unas cuantas preguntas y alguien señala en tu dirección. Ella te mira. Notas que te examina con suma curiosidad... ¿será porque estás medio enterrada bajo lo que debe de ser una tonelada de seda, franela, satén y vete tú a saber qué tejidos más...? Corre hacia ti, hace una reverencia (te han advertido que lo haría; los coreanos saludan así) y, acto seguido, agarra tus manos.
La seda de color salmón acaba en el suelo. Hm... De todas formas no te gustaba.
—¡Es un placer conocerte! —exclama sonriendo. Parece que realmente está contenta. Tú te pones nerviosa al recordar que te han despojado de la mitad de tu ropa... Caray, si debes de parecer una especie de momia hortera envuelta en retales frente a ella, que es encantadora en todos los aspectos posibles, incluyendo la sutil fragancia a cerezas frescas que desprende y te hace pensar en deleitar tu paladar con algo dulce.
—¿Te han dicho ya que nos trasladamos a Egipto? —No. No, no, no. ¿Por qué has dicho esa tontería...? ¡Lo de la momia hortera tenía que haberse quedado en tus pensamientos! Ay...
Hana te mira. Esboza una sonrisa divertida, entendiendo tu chiste, y, automáticamente, te reafirmas en tu decisión de simpatizar con ella, con su buen humor y su adorable presencia.
—¿No hay un área inspirada en el antiguo Egipto dentro de Dungeonslaughter? —te pregunta mientras curiosea las telas que te rodean. Se queda jugueteando con unas lentejuelas que envuelven tu cadera.
—Ah, sí... —recuerdas. Te están apartando el cabello de la cara para aplicarte varias sombras de ojos distintas y ver cómo contrastan con tu piel—. Creo que era un área secreta a la que sólo podías acceder reuniendo todos los cristales cromáticos.
—... reuniendo todos los cristales cromáticos —dice Hana a la par que tú.
Ambas soltáis una risita. La gente de maquillaje y vestuario se marcha (¿será posible que hayan llegado por fin a un consenso?). Comienzas a apartarte el muestrario de telas de fantasía de los brazos y el tirante de tu sujetador se cae. Hana lo coloca de nuevo sobre tu hombro.
Espera. ¿Acaba de... qué?
—¡Oh! Perdona... —te dice ruborizándose un poco—. Creo que me he tomado demasiadas confianzas.
—Ehhh... n-no, qué va —mientes intentando que la situación no se enrarezca más de la cuenta.
—Es que tengo que tener siempre las manos ocupadas con algo, y cuando veo cosas en movimiento no puedo evitar tocarlas... ay. —La recuerdas jugueteando con las lentejuelas hace unos minutos—. ¡Las chicas occidentales tenéis una mirada tan bonita...! Y el maquillaje que te han aplicado te queda tan bien, y huele como a... vainilla... y...
—Hana, Hana... tranquila. ¡Toca lo que quieras! La que tendría que estar nerviosa por conocer a su ídolo soy yo —le dices con una sonrisa. Se ha comportado tan bien contigo al reír tu tontería que no te sientes capaz de permitir que se agobie.
Y entonces te das cuenta de que le acabas de ofrecer «tocarte donde quiera».
Tienes que reconocer que no es tu día.
—Venía a decirte que nos alojamos en el mismo hotel, y que podríamos venir juntas al estudio.
—¡Es una gran idea! —Menos mal que el ciclo de chistes malos y comentarios con doble sentido se ha roto.
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Hana Song y tú [D.VaxLectora]
FanficHas ganado un concurso gamer cuyo premio es protagonizar una película basada en tu videojuego favorito junto a D.Va... no obstante, parece que a cada paso que das durante el rodaje surgen mil dificultades. Es una suerte tener a Hana a tu lado para...