La oscuridad, el sonido de los insectos y la brisa, un tanto helada, eran lo único que se podía percibir. Aunque en el pueblo se estaba llevando a cabo el festival de la Vaca, la rústica casa del herrero estaba lo bastante alejada como para que todo aquel bullicio no llegara.
- ¡Herrero!... ¡Sal de ahí, tu y yo tenemos asuntos que arreglar!
El corpulento hombre se tambaleaba de un lado a otro mientras gritaba en dirección a la casa del herrero. Si alguien se acercaba lo suficiente notarían el fuerte olor a alcohol que emanaba de aquel corpulento cuerpo.
- ¡Sal de ahí maldito viejo!
El hombre tomó una piedra y la arrojo contra la pared.
-Aquí no hay alcohol, si eso es lo que buscas.
El hombre giro la cabeza para ver quien le hablaba, era una chica joven que llevaban una farola de piedra. Se les decía de piedra porque a diferencia de otras, la luz era emitida por una piedra de luz, y no cualquiera tenía una. La chica llevaba un pañuelo en la cabeza y vestía pantalones ajustados, lo cual era un tanto extraño. Generalmente las mujeres llevaban vestidos largos, aunque algunas, sobre todo las más jóvenes, vestían faldas cortas, pero esta llevaba pantalones.
-No busco alcohol, busco al herrero.
-Pierdes el tiempo, él no está aquí, y si lo ves avísame para patearle la cara.
-Oh, ¿tú también tienes problemas con ese anciano?
-Oye, ¿ya terminaste?
Ahora fue la chica la giro su cabeza para ver a los dos hombres que salían de la oscuridad de los arbustos.
-Oh, ¿pero que tenemos aquí? Tienes un rostro muy lindo jovencita, ¿por qué no vienes a pasar un rato con nosotros, te daremos algo de alcohol y dinero.
-No gracias, no necesito nada de eso.
-Vamos, no te arrepentirás.
Uno de los hombres acercó rápidamente su mano a la cabeza de la chica, pero solo le quito el pañuelo, dejando ver su cabellera roja.
-Oye, yo te conozco, tu eres la chica que vive con el herrero... Elizabeth.
-Si ya terminaron de no hacer nada váyanse, van a infestar el lugar con ese horrible olor a alcohol barato.
-No seas engreída maldita mocosa. Dinos donde está el herrero.
-Ya les dije que no es así que váyanse.
-Esa no es forma de hablarle a los mayores.
Uno de los hombres que había salido de los arbustos tomó una rama y lanzó su ataque contra la mujer que era fácilmente doblada en complexión por el menos fornido de los tres, pero eso sólo hizo que la sorpresa fuera aún mayor cuando el hombre con la rama dio una vuelta en el aire y cayó a los pies de Elizabeth.
- ¿Que rayos estás haciendo? ¿Acaso el alcohol te hizo perder el equilibrio?
Ambos hombres rieron nerviosamente, aunque sabía lo que había ocurrido, se cerebros no lo procesaban adecuadamente.
-Si se van ahora, saldrán de aquí con todos sus huesos intactos.
-Maldita perra, ¿con quién crees que hablas? Oye, ayúdame a sujetarla.
Ambos hombres salieron disparados en dirección a Elizabeth quien tomó la rama con la que el otro sujeto la intento atacar. Dando un giro sobre su propio eje golpeó a uno de los hombres en la cabeza, el impacto rompió la rama, así como el cráneo del hombre. -Tch, maldita rama débil-. Dijo Elizabeth en su cabeza.
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Soul Hunter
General FictionEn un futuro lejano, tres extraños acontecimientos conocidos como las trompetas del apocalipsis cambian radicalmente el planeta tierra, y también el estilo de vida de los humanos, quienes ahora comparte su mundo con criaturas de otros mundos. En e...