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— Sólo... déjame...— susurraba nervioso el pelimorado con sus manos desabrochando el pantalón de su maestro con lentitud, tampoco quería parecer brusco o desesperado, pero podía ver en la mueca que ponía que en verdad agradecía que aflojara aquella parte.

El de mirada esmeralda no se negó ante la ayuda del contrario, de hecho le ayudó a deshacerse de su ropa inferior, bajando estos junto sus calcetines permitiendo así que su lindo e inocente novio viera la bestia que había estado tratando de controlar pero que no había logrado calmar. Aunque nadie le mandaba al mayor ser tan irresistiblemente hermoso y sensual para que el moreno tuviera tan alborotadas sus hormonas. La vergüenza de Bon estaba siendo delatada por lo rojo que se encontraba su rostro en ese momento, pero no evitó soltar un jadeo liberador al ya no sentir tanta presión en su miembro.

Bonnie no evitó formar una mueca triste en su semblante al ver el estado del menor en edad frente a sus ojos. "Pobre... Debe de dolerle también...", pensaba para sí mismo recordando que su miembro también se había sentido así antes de las exquisitas caricias del moreno que lo habían hecho sentir tan bien y, a la vez, tan agitado.

Sonrió de nueva cuenta para llevar su mano hacia el miembro cubierto de su novio, comenzando a acariciar suavemente, tal como él lo había hecho consigo, sintiéndose bien al sentir el escalofrío que le recorrió al más alto al tensar sus robustos hombros, quien volvía a morder su labio inferior para no soltar ningún gemido.

— A-Ah...— dejó de resistirse y suspiró ante los masajes del pelimorado, se sentía bien poder expresar que realmente le gustaba cómo lo tocaba, pero la vergüenza seguía ahí, después de todo esta era la primera vez que llegaban tan lejos, al menos, entre ellos.

— ¿Se siente bien, maestro~?— preguntó juguetón sin dejar de mover su mano, sentía lo cálido y duro que estaba sin necesidad de verlo directamente, pero su objetivo principal era hacer sentir bien al contrario.

— Aah... Conejito...— con las manos arrugando las sábanas, no evitaba ya dejar salir suspiros y jadeos mientras la manita de Bonnie seguía masajeando su intimidad.

Las luces del alba (Cómic BxB +17)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora