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Bonnie iba a responder a su pregunta, aunque no pudo hacer más que suspirar cuando Bon se agachó para besar su mejilla, abrazándolo de nuevo. No podía evitarlo, la piel de su conejito era tan suave y cálida que quería acariciarla por horas, nunca se cansaría. Volvió a esconderse en su cuello mientras Bonnie le abrazaba la espalda con sus piernas, rozando sus intimidades que aún no se tocaban por la ropa interior del moreno.

"Tan suave...", el pelimorado sonreía con ternura mientras se dejaba abrazar, él pasaba sus manos por la espalda ancha y tonificada del menor en edad, se sentía tan amado y protegido en ese momento que no quería separarse.

— A-Aah...— suspiraron a la vez, rozando sus miembros entre ellos para disfrutar de esa placentera ola de calor que recorría sus cuerpos al unísono, mientras sus manos se encontraban entrelazadas.

— Maestro...— murmuró Bonnie llamando la atención del peliturquesa—. ¿Puedo... verte más?— preguntó con las mejillas rojas.

— Claro— le respondió con una pequeña sonrisa, separándose del mayor en edad para luego tumbarse en la cama, dejando que el contrario se pusiera de rodillas frente a él.

Con las manos temblorosas, Bonnie tomó el borde de su ropa interior, bajando esta de forma lenta, y tortuosa para Bon, mientras iba descubriendo la piel morena de su novio. Finalmente la tela dejó de ser un estorbo y el menor en altura no evitó llevar una mano a su boca sorprendido, sintiendo todo su rostro enrojecer nuevamente sin apartar su mirada brillante.

"E-Es... g-grande...", pensó sin dejar de mirar el miembro firme y despierto de Bon, observando que sin duda él estaba tan excitado como él hace unos momentos, mientras Bon se mantenía en silencio, atento a las acciones de su conejito.

Las luces del alba (Cómic BxB +17)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora