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El pelimorado jadeaba cansado, su pecho subía y bajaba mientras sus pulmones trataban de capar la mayor cantidad de oxígeno posible. Había sido la primera vez que experimentaba un orgasmo como ese, pues nunca antes había siquiera probado a tocarse por su cuenta. Ahora que el moreno había sido el primero que le hacía tocar el cielo de esa manera sabía lo que se había perdido, sin duda se había sentido muy bien. Mientras trataba de calmar su jadeante respiración, Bon por su parte observaba el ahora relajado cuerpo de su amado, con su torso levemente manchado por su esencia recién exprimida, se sentía satisfecho de haber podido hacer sentir bien al mayor en edad. Miró entonces u propio pecho, también le había salpicado un poco, pero no le molestaba. Era caliente y algo viscoso, lo tomó con dos de sus dedos, mirándolo con detenimiento antes de meterlos en su boca para saborearlo. Tenía un pequeño toque dulce, tal como lo era su conejito. Simplemente delicioso.

— B-Boh...— llamaba el de piel clara con una de sus manos aún en su pecho, buscando con su mirada entrecerrada la brillante de su novio, quien ahora se relamía complacido sus labios morenos, aún con el sabor de la semilla de su amor en su paladar.

— Conejito~— respondió coqueto, pues aún quería más del contrario.

Quería probar todo.



Las luces del alba (Cómic BxB +17)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora