IV. Gifts and weapons

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Cuando Escorpio se ve a sí mismo reflejado en el espejo, con el cuerpo pegado a la pared, las manos ocupadas y los insistentes labios de Sagitario chocando contra los suyos, la pregunta de cómo es que ha llegado a aquel punto lo consterna sorprendentemente. No es que se sienta mal, culpable o hasta reacio, en absoluto. Es sólo que el joven de ágiles movimientos y sonrisa ligera, que ahora lo aprisiona tenazmente, no estaba entre sus planes a soportar. Si se pone a cavilar, éste le ha parecido tedioso, infantil y momentos antes, un peso innecesario, pero vista la situación, todo aquello no ha sido suficiente para doblegar la atracción sin nombre que ambos sintieron ni bien primeras palabra cruzaron.

Todo había sido muy rápido.

Sagitario acercándose a él finalizada la cena. Una conversación banal, risas fáciles de una parte, gestos de incomodidad de la otra, preguntas con doble sentido y respuestas sarcásticas. Todo para que de un momento a otro la chispa prendida se haya tornado en un incontrolable incendio. Ahora ambos estaban en uno de los baños más cercanos que habían encontrado, encerrados, compartiendo un beso exigente y lenguas ya acopladas que danzaban al compás.

Las manos de Escorpio recorren la espalda de Sagitario, explorando bajo la ropa la piel del muchacho mientras su cuello es sujetado con firmeza. Ambos se sienten mareados, pero ninguno quiere parar. Llevan besándose mucho tiempo, tanteando el cuerpo ajeno por sobre las prendas y aún no les es suficiente. Quieren todo, desean todo.

Hasta que sus pulmones golpean la puerta y gritan nuevamente: "necesito oxígeno", haciendo el contacto se pause.

El rostro de Sagitario a este punto está encendido, tiene las mejillas rebosantes de rojo, los orbes cristalinos y los palpitantes labios entreabiertos. Escorpio trata de recuperar el aire robado y se queda admirando el rostro foráneo, con expresión vigilante.

—¿Así que ésto estaba en tus planes desde el principio?

Cuestiona por primera vez desde que están solos. Sagitario levanta la mirada y responde—:

—¿Acaso no te alegra?

—¿Hay otro motivo de trasfondo?

El de cabellos chocolate deja caer la cabeza a un lado, y arquea una ceja.

—No. ¿O quieres que lo haya?

Escorpio se pasa la lengua por los labios, intercalando sus mirar entre los ojos y cerezos del adverso.

—No.

Responde, y Sagitario afila sus comisuras labiales. Una sonrisa llena de satisfacción y lascivia es expresada, que termina por prender al de ojos azules.

—Eso era lo que quería escuchar.

Es lo último que susurra, rozando los labios adversos antes de ir en busca de más, y "más" es lo que encuentra, porque Escorpio decide no perder más tiempo y lo sujeta en un rápido movimiento por los muslos para elevarlo. Sagitario aferra sus piernas a la cadera impropia por inercia y ahora es él quien se encuentra aprisionado contra la pared. Ambas bocas se vuelven a juntar y la decisión tomada deja fluir lo demás. La adrenalina los guía, la pasión los engatusa y sus hormonas alborotadas mantienen la emoción a flor de piel. Es una unión llena de fiereza, que carece de pausa y palabras; un regocijo ardiente y estacadas certeras, todo mezclado con toques sensibles y gemidos ahogados.

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Géminis vierte otra ronda de vino a su copa por décima vez en la noche, tiene una sonrisa tonta plasmada en el rostro y tras darle un sorbo a su bebida se queda riendo por algo que Leo ha dicho. Aries y Cáncer están frente a él, también contando con la presencia de Virgo y Capricornio cada uno a sus costados. Todos tienen una copa correspondiente y aportan cosas a la conversación que llevan manteniendo hace un buen rato.

Stellae Academy ( Zodiaco / BL )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora