II. Meeting axis

5.3K 381 295
                                    

Virgo es el primero en entrar a la habitación después de confirmar que los números en la puerta coinciden con los que tiene inscritos en la tarjeta que sostiene. Piscis es quien lo secunda y cuando ambos están dentro la puerta se cierra, causando que el antes mencionado dé un respingo. Virgo por su parte se propone estudiar unos dedicados minutos la hasta ahora desconocida habitación, empezando desde las dos camas a cada extremo, cada una pegada al concreto, hasta el color blanco, azul y violeta que las paredes inundan. Las lámparas y el diseño de las puertas de los clósets son de su gusto; se ven elegantes, refinadas, justo como el material del cual está hecho las cortinas en las ventanas. Las sábanas, almohadas y colchas se ven suaves, finas y caras. Y el piso de loseta brilla esplendorosamente, sin muestra de suciedad ni polvo en algún lugar; quien sea que se haya encargado de limpiar el sitio merece un premio y más importante, su felicitación.

Piscis camina temeroso, dándole cortos vistazos a cada detalle de la habitación y con ambas manos apretadas sobre su pecho. No juzga nada, porque todo lo que ve es de su agrado. El espacio que les otorgaron irradia tranquilidad, se siente artística y tiene aspectos que encajan con sus gustos, como si él hubiese puesto su granito de arena a la decoración.

—Entonces nos quedaremos aquí... —Comenta.

—Eso nos dijeron. —Virgo lo alcanza, decidiendo luego tomar asiento sobre una de las camas, la que tiene bordados azules en forma de cartas en la cabecera. Desde ya, es su favorita y al haber sido el primero en ocuparla la ha reclamado como suya. Piscis no se hace problemas y elige la cama restante, porque es la que le gusta más a él. Ésta también tiene bordados como la anexa, pero son de color violeta pastel y forman atrapa-sueños.

El silencio se instala entonces, y el de ojos verdes no sabe qué hacer o decir a continuación, Virgo no se ve con la intención de dirigirle la palabra, ni siquiera le está prestando atención, pero tiene en su mente revoloteando las palabras de la guapa señorita de antes.

Tienen que hablar y conocerse, había dicho, aprender el uno de otro, si es posible, desde hoy mismo.

Piscis recuerda haber estado temblando de miedo, aferrado a las prendas de Virgo, quien trataba de zafarse con notorio enfado. No se necesitaba mucho esfuerzo para saber que al chico no le gustaba en absoluto el contacto físico, pero él en ese momento había tenido una necesidad de buscar protección. Tampoco lo veía capaz de llegar a golpearlo, así que fue el elegido.

La mujer había ingresado y presentado a sí misma como Aphrodite. Les dio la bienvenida a la academia, una exclusiva para ellos doce y les explicó a medias el motivo de su estancia en el lugar. Al parecer era una escuela, una grande y espaciosa, la cual contaba con algunas edificaciones un poco más alejadas del complejo principal, y ellos ocupaban uno de esos, la que funcionaba como el edificio de habitaciones. Y aunque había ventanas por todas partes, el único paisaje que se divisaba era el de la extensa vegetación del bosque. Detalle importante también fueron las últimas palabras de la extraña: Hasta que nosotros lo dictemos, no podrán salir de aquí.

¿Qué hacía una lujosa y enorme escuela en medio de la nada? ¿Por qué el encarcelamiento contra ellos doce? Piscis intentaba pensar en respuestas coherentes y agradables, pero no llegaba a mucho.

—Signos del zodiaco, esa mujer dijo que somos eso.

Piscis espabila cuando la voz de Virgo sale a resurgir de entre el silencio. Asiente.

—Sí, aunque no sé muy bien del todo qué significa.

Virgo parece tampoco saber. Piscis continúa—:

—¿Y qué con lo de aprender sobre nuestras habilidades ocultas? ¿De qué habilidades hablaba? ¿Y sobre nuestros padres...?

—Mencionó a nuestros padres... —Virgo frunce el ceño, contrariado. —Yo no recuerdo haber tenido un padre o una madre.

Stellae Academy ( Zodiaco / BL )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora