Scars [Draco Malfoy]

Act I

Act 1 - Part I

| No vivas de recuerdos, por que te concentras tanto en ellos que olvidas vivir el presente |

Lara suspiro mientras sus ojos se movían con rapidez por las páginas del pequeño y viejo libro que había logrado tomar prestado de la biblioteca de la escuela. Sintió como Harry, su hermano, se movía inquieto en la cama. El espacio reducido que ambos compartían debajo de la escalera sumado a la poca luz que estaba utilizando para leer le estaban causando claustrofobia y un abundante dolor de cabeza que iba en crecimiento.

—¡Ya apaga la luz!— la voz de su hermano se quejó en voz baja, si la descubrían leyendo a tales horas, y si lo descubrían a el despierto no sería buen momento para nadie.

Lara suspiro y cerró el libro con fuerza causando un pequeño ruido antes de dejarlo en una de las repisas, solo bastaba con estirar un poco el brazo para lograrlo.  Se deshizo de las mantas viejas que la tapaban y murmuró un insulto bajo antes de salir por la puerta de la "habitación" (si es que así podía ser llamada)

Sus pasos eran lentos y ligeros, para nada comparados con los pisotones que solía dar su primo Dudley cuando bajaba a la madrugada por un pedazo de postre así que estaba tranquila de que nadie la oiría; se recargo en el marco de la ventana dejando que su vista se clavara en la creciente luna que iluminaba pobremente la calle. Sus ojos claros se notaban cansados, sin embargo su mente estaba completamente despierta. Faltaban solo días para su cumpleaños, y bueno, el de su hermano, y aunque sabía que no lo celebrarían -ya que sus tíos lo veían como una perdida de tiempo y dinero por que eran como la escoria de la familia, los pobres huérfanos que su estúpida tía Petunia había decidido cuidar- mantenía la pequeña esperanza de que al menos un pastel pequeño pudiera ser devorados por ellos.

Su hermano, lo único que tenía en el mundo y la cosa más fastidiosa. Siempre estaba metiéndose en problemas, y lo único que compartían era el creciente odio por la familia en la que vivían. A diferencia de el inocente y estúpido Harry, Lara no creía ni una de las dudosas palabras que su tía soltaba cuando ellos les preguntaban por sus padres, los que, supuestamente habían muerto en un accidente automovilístico, tampoco pasaba por algo el hecho de que los adultos ignoraban preguntas de los invitados con respecto al trabajo de sus difuntos padres. Tampoco había ignorado el hecho de que su hermano, y ella, hacían cosas que otros niños no -ademas de dormir debajo de una escalera, claro- como el hecho de que Harry había hecho desaparecer un vidrio del zoológico días antes en una salida por el cumpleaños de su insoportable primo Dudley o el que ella podía mover objetos sin usar sus manos, lo había intentado varias veces, todas igual de exitosas. Lograba mover la tetera blanca con flores unos diez centímetros de su lugar habitual para luego volverla a poner.

Solo esperaba que un milagro la sacará de esa casa del infierno, la alejara de la cama que compartía con el insoportable de su hermano bajo la estúpida escalera.

Aunque dudaba que los milagros existieran.