Capítulo 4

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|Expecto patronum|

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El silencio reinaba en el andén mientras Lara esperaba a que el idiota que tenía como mejor amigo se dignara a aparecer, suspiro cuando esté lo hizo —¿Por que tardaste tanto? — pregunto molesta antes de chasquear la lengua, si había algo que Lara Potter odiaba era tener que esperar.

Draco suspiro antes de sonreir de lado —Me entretuve con...algo— murmuró antes de tomarle la mano y empezar a caminar en dirección a Hogwarts, ya estaba llegando tarde, Lara suspiro

—¿Por que algo me dice que le diste una paliza a mi hermano?— pregunto irónica antes de apretar la mano del rubio, el cual, se quejó pero no la retiro. Este miro a su acompañante de reojo

—¿No acordamos algo de no meternos en la mente del otro?— pregunto con obviedad. Ambos eran buenos en legeremancia, por lo cual, Draco solamente logró meterse en la cabeza de su amiga solo una vez pero está casi le arranca el cuello de un tirón.

Lara suspiro —No acordamos nada, y no me metí en tu cabeza, solo que eres demasiado obvio — explico la joven antes de soltar su mano, el profesor de historia de la magia los miraba desde abajo con cara de gruñon.

—Hasta que aparecen — exclamó este escandalizado —¿Saben cuánto los buscamos?— pregunto —apellidos— pidió, Draco rodó los ojos, el viejo los conocía desde primer año pero sin embargo insistía

—Potter y Malfoy, señor — Lara se limitó a contestar, ambos pasaron la puerta y siguieron caminando hasta un montículo de objetos apilados, estaba segura de que Draco sacaría algo de ahí.




La cena pasó con una rapidez preocupante para la pelinegra, la cual, aún se encontraba conmocionada por el hecho de que su mejor amigo fuera un mortifago. No prestó atención al discurso de Dumbledore como solía hacer todos los años, tampoco noto cuando su hermano entro al gran comedor con la nariz llena de sangre o escucho algo de lo que salía de la boca de Parkinson, simplemente mantuvo la mirada en su plato ignorando a Draco y a todos a su alrededor, el rubio por su parte se sentía mal de que su amiga no le prestará ni la más mínima atención, estaba agobiado, y se sentía sucio; si Lara ya no lo quería por ser un mortifago estaba seguro que se moriría de la desesperación.

Como si fuera algo robótico, de rutina, la pelinegra se levantó con elegancia y rapidez de la mesa cuando Dumbledore dio por terminada la cena, alejándose de un Draco que la llamaba desde atrás y perdiéndose en la marea de estudiantes que estaban desesperados por ir a sus habitaciones a dormir, la pelinegra camino con una rapidez descomunal y lanzó el aire contenido cuando llego a la seguridad de su habitación de paredes verdes y plateadas. Se sentía triste sobre todo pero confundida, sentía que una parte de ella estaba muriendo lentamente y aunque entendía que Draco no podía haberse negado una parte de ella, la egoísta, le decía que si podría haberlo hecho, que no la tenía que haber traicionado de tal manera, no cuando sus padres murieron por culpa de Voldemort y los estúpidos mortifagos.

La pelinegra suspiro —¿Que estás haciendo Lara?— se recriminó a si misma —Tu amigo te necesita ahora, no seas así — apoyo su cabeza contra la puerta caoba y trago saliva antes de acercarse al baúl que descansaba al final de su cama y sacar su pijama color gris que consistía en una musculosa y un pantalón. Se deshizo de los zapatos en sus pies y se dirigió al baño para lavarse los dientes y sacarse el poco maquillaje que tenía puesto, una vez listo eso se acercó a su mesita de luz notando que había hecho esas acciones con tanta lentitud  que habían pasado unos treinta minutos.

Abrió la puerta de su habitación lentamente procurando no hacer ruido, tenues luces iluminaban los pasillos y no se oían ruidos, evitó suspirar; ella a diferencia de su hermano con contaba con una capa de invisibilidad para hacer lo que quisiera a su antojo como el imbécil ese, pero estaba segura de que en algún momento se la robaría...bueno, técnicamente no sería robar por que también era de ella. Salió de sus pensamientos cuando llego a la sala común y hecho una mirada verificando que no había nadie, sonrió cuando su plan marchaba como quería, cruzó rápidamente la sala adornada con sillones negros y llego al pasillo de la habitación de chicos agradeciendo eternamente que las escaleras hacia estos no tuvieran ningún hechizó raro. Contó rápidamente el número de puertas hasta encontrar en la poca luz la que quería, abrió lentamente la puerta caoba y entro, dentro de la habitación la luz era mucho menor aún, ya que solo había un leve reflejo de la luna  que lograba colarse por la ventana, Draco se encontraba acostado de espaldas a la puerta por lo que la pelinegra no sabía si la había escuchado entrar o si estaba despierto, pero ella asumió que lo estaba cuando no escucho la profunda respiración que el rubio soltaba cuando dormía. No era la primera vez que se escabullía en la habitación de su amigo, y el también lo hacía en la suya, pero era algo normal, solían dormir juntos cuando algo los preocupaba, cuando las pesadillas atacaban a la pelinegra o el rubio era víctima de las largas noches de insomnio.

Los pasos de la pelinegra hasta la cama fueron inaudibles, así que cuando el cobertor se levantó el rubio se giro algo exaltado para calmarse al sentir el olor a vainilla de su mejor amiga, había estado tan perdido en sus pensamientos que no había oído la puerta, aunque tampoco pensaba que fuera a aparecer, se supone que estaba enojada con el —¿Que haces aquí?— pregunto rubio cuando la pelinegra se había acostado a su lado mirándolo en la oscuridad, el Slytherin termino de girarse quedando cara a cara.

—Creo que es obvio, eres mi mejor amigo, supuse que no podrías dormir hoy — murmuró la chica antes de chasquear la lengua

—No creo poder dormir en un buen tiempo, Lara — respondió el Slytherin antes de suspirar  cansado. Lara se sintió terriblemente mal, no sabía nada, pero estaba segura de que su amigo no había pegado el ojo en todas las vacaciones.

Los dedos de Lara buscaron rápidamente el cuerpo de Draco, el cual, al notar eso imitó la acción, en un segundo la cabeza de la chica terminó apoyada en el pecho del Slytherin mientras lo rodeaba con uno de sus brazos, mientras esté pasaba un brazo por debajo de la cabeza de la chica abrazándola y el otro lo dejaba descansar sobre el brazo de lara que estaba en su abdomen. Draco sonrió levemente al aspirar el aroma a vainilla que desprendía el pelo de Lara, y ella hizo lo mismo cuando notó que su amigo a pesar de todo seguía oliendo a refrescante perfume de menta.

—Es curioso que ya me esté dando sueño — el rubio bostezo mientras acomodaba mejor su cabeza y el sueño empezaba a llegar a el en toneladas, cuando dormía con Lara siempre se sentía tranquilo, relajado y en paz, por eso era tan fácil conciliar el sueño.

Lara elevo su vista hacia el rostro del chico —No creo que sea curioso, pero parece que voy a tener que estar aquí todas las noches para que pegues el ojo —murmuro mientras su voz su hacia más suave,acomodo su cabeza de nuevo sintiendo como sus ojos se cerraban.

Lara Potter sin duda era como un expecto patronum para Draco Malfoy, lista para protegerlo de los dementores que acechaban su vida.






Scars [Draco Malfoy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora