Capitulo 5

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| Suerte líquida |

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| Suerte líquida |

Lara sentía que el mundo se burlaba de ella cuando la primera clase a la que tuvo que asistir era pociones con Slughorn, el cual, era claro que tenía preferencia por su estúpido hermano cómo casi todos los profesores excepto Snape, aún así al no ver los ridículos anteojos del pelinegro en la habitación soltó un suspiro de alivio y se colocó a un lado de Draco en la hilera de estudiantes que se amontonaban al final de la clase por orden del viejo profesor

—Hey...— saludo el rubio a la pelinegra, a la cual no había visto en la mañana por que se fue de la habitación bastante temprano al parecer —¿Por que te fuiste hoy?— pregunto en voz baja, Lara sonrió de lado

—Me levanté y planeaba despertarte pero era muy temprano y necesitabas dormir, así que te deje...— se encogió de hombros la Slytherin y escaneo con la mirada a su mejor amigo, este elevo una ceja mientras sostenía el libro contra su pecho

—¿Por que me miras así?— pregunto, Lara chasqueó la lengua como si fuese algo obvio de descrifrar

—Solo apreciaba lo ardiente que te queda el uniforme de nuestra casa — soltó de repente logrando atraer varias miradas de los pocos alumnos que había en la sala logrando milagrosamente que el rubor subiera a las mejillas del rubio, y cuando pensaba hablar fue interrumpido por Slughorn el cual, empezaba a recortar una serie de cosas que Lara Potter no estaba interesada en escuchar, solamente fingía prestar atención y cada tanto movía la cabeza hacia un costado guiñarle un ojo a su mejor amigo, el cual, se limitaba a tragar saliva, Lara sabía perfectamente que a Draco le ponía nervioso cuando ella se ponía muy coqueta con el, y aunque lo hacía solo para molestarlo, la pelinegra jamás negaría que adoraba ver a su amigo sonrojado y a la vez tan guapo con el uniforme. Jamás pensó que a alguna persona le quedará bien un uniforme escolar.

El brusco sonido de la puerta atrajo la atención de todos y la saco de sus pensamientos, la pelinegra reprimió el impulso de gritar cuando los ridículos anteojos de su hermano fueron visibles para ella y se limitó a bufar y tirar la cabeza hacia atrás logrando que Draco acariciara su cabello por un lapso de tiempo —Tomen un libro del estante — escucho la pelinegra que Slughorn decía antes de girarse de nuevo a explicar qué tipos de pociones había sobre la mesa

—Amortentia...— respondió la castaña integrante del trío de oro, la famosa Hermione Granger cuando el profesor señaló una poción humeante en un caldero

—Exacto señorita Granger — dijo el profesor, Hermione se acercó al caldero

—Dicen que huele diferente para cada persona según sus gustos, yo, por ejemplo, huelo pergamino nuevo, y...pasta de dientes  — se limitó a decir antes de volver a su lugar, Lara elevo una ceja interesada antes de acercarse al caldero interrumpiendo lo que estaba por decir Slughorn y olfateó el aire que desprendía la poción

—Vainilla, frambuesa y menta — recitó la chica en voz alta pero más para ella que para los demás, frunció el ceño y volvió rápidamente a su lugar dejando que el profesor siguiera con lo que estaba por decir minutos atrás. Solo había una persona que olía a menta y la tenía justo a su lado izquierdo, ella sabía perfectamente que olía a vainilla y la única persona con cierto olor a frambuesa y mezcla de un desodorante muggle de aroma marino era un imbécil que tenía su mismo apellido así que, ¿se supone que amaba a Harry y a Draco por igual?, la chica río suavemente ante sus pensamientos, estaba claro que amaba más a Draco de lo que quería a su hermano.

—...suerte líquida, difícil de hacer, desastrosa si no la hacen bien, solo un trago y tengan suerte en todo lo que se propongan...— fue todo lo que necesito escuchar para notar que Draco comenzó a prestar más atención a la clase y menos a los cabellos pelinegros que caían por su espalda, se obligó a retener un suspiro  por que sabía exactamente para que quería eso su mejor amigo y ella como una estúpida iba a intentar hacer el mejor filtro de muertos en vida para conseguir el pequeño frasco.



Después de media hora el salón de pociones era un completo caos; calderos chorreantes de pociones mucosas de color verdoso, un Gryffindor con la cara quemada, la gran Hermione Granger con los pelos inflados, incluso Draco había desatado su corbata (lo cual fue un suplicio para el sistema nervioso de Lara) por que no conseguía darle un color decente a la poción, y Lara, bueno, ella simplemente seguía luchando contra la estúpida semilla saltarina de debía cortar

—¡Esto es una mierda!— exclamó antes de golpear con fuerza el cuchillo contra la semilla sin contar con que está saltaría de nuevo logrando que piel de su dedo fuera cortada —¡Mierda!— murmuró cuando vio el filo hilo de sangre descender por el dedo y se lo llevó a la boca intentando parar el sangrado, una mano pálida la retiro de su boca para examinar la herida

—Debes tener más cuidado Lara— la reto Draco antes de poner una fina gasa (la cual la pelinegra no tenía idea de dónde había sacado) y limpiar la herida para luego ponerle otra y sostenerla con un pedazo de cinta, Lara sonrió inconscientemente.

—Señor Malfoy, señorita Potter, veamos sus pociones — dijo el profesor Slughorn apenas llegó a su lado, la de Draco estaba algo decente pero no tanto como para reclamar el premio, su caldero sin embargo se encontraba vacío —Señorita Potter...— el viejo exclamó sorprendido —es una pena que no tome enserio mi clase siendo que su hermano logró una poción tan buena — dijo, Lara clavo sus ojos claros en los de Harry Potter al otro lado del salón, siendo que esté la miraba desde hace rato y le envío los peores augurios de muerte antes de que el profesor siguiera escaneando las pociones de sus compañeros de casa.

—Alguien no estará en su club de eminencias — se burló Draco a su lado, Lara pateo suavemente su pie antes de reír.




Scars [Draco Malfoy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora