Scars [Draco Malfoy]

Capítulo 3

| Petrificus totalus |

El pelo oscuro de Lara Potter chocaba contra su espalda a cada paso preciso y rápido que daba dentro del tren escarlata que había empezado a moverse, llevaba un libro de magia oscura en una de sus manos mientras sus ojos claros escaneaban los compartimientos del tren en busca de cierta cabellera rubia. Mentiría absolutamente si dijiera que no había estado preocupada durante todas las vacaciones por su mejor amigo, al cual, le había enviado muchísimas cartas y no se había dignado a contestar ni una sola, además de aburrirse de sobremanera, ya que hablar con Draco por medio de cartas era mil veces más divertido que hablar con Harry aunque lo tuviera al lado, su hermano solía ser tan aburrido a nivel personal como un cactus en un jardín.

Lara suspiro cuando sus ojos lograron identificar la figura de Draco Malfoy sentado en una de las mesas del vagón de Slytherin, hablando seriamente con Parkinson, Nott y Zabini. Tomo aire e ingreso a paso rápido deteniéndose completamente al lado del rubio, el cual, no se digno a dirigirle la mirada —Hola — murmuró la chica hacia los presentes en la mesa siendo correspondida, luego dirigió su mirada a Draco —Hola a ti también, imbécil— murmuró un poco más bajo pero siendo perfectamente escuchada por el rubio, el cual, movió sus ojos hacia ella un segundo

—Hola — respondió Draco el saludo secamente y empezó a juguetear con sus manos, tal y como había cuando se encontraba nervioso.

Lara rodó los ojos antes de agarrar mejor el libro que tenía con una mano, y con la otra tironear del rubio, el cual, puso resistencia pero se dio por vencido rápidamente, si había algo que tenía su amiga era fuerza, definitivamente. La pelinegra ingreso en un compartimiento vacío y metió al rubio allí, cerrando la puerta con seguro y las cortinas, además de poner un hechizo para no ser escuchados desde afuera; las cosas iban a ponerse feas.

Los ojos verdes de Lara chocaron contra los grises de Draco que solo atino a tragar saliva y sentarse actuando despreocupado —¿Qué mierda contigo? No contestaste ninguna de mis cartas—reclamo la chica para sentarse frente a él, Draco seguía mirando por la ventana —¿Paso algo?— pregunto preocupada bajando su tono de voz, las ojeras bajo los ojos de Draco no eran normales, además de que lo notaba más flaco.

Draco bufo —Eres molesta, ¿Lo sabes no?— murmuró —Estuve ocupado— se limitó a responder, Lara elevo una ceja con escepticismo.

—¿Ocupado las 24 horas del día durante todas las vacaciones?— pregunto remarcando la palabra 'todas', ella no era estúpida, mucho menos la engañaban fácilmente. —Draco...— murmuró la chica de nuevo intentando sacarle información

—Que no paso nada, Lara, con un demonio, estuve ocupado, es todo — el chico bufo de nuevo, en ningún momento desde que entraron al compartimiento Draco le había dirigido la mirada por más de dos segundos cuando le hablaba, y eso no era nada normal, Draco solía mirarla mucho cuando hablaban, y cuando no también.

La chica se arrodilló frente a él y tomo sus manos logrando que el se sobresaltara, incluso estaba más frío de lo que recordaba. —Draco, mírame— pidió Lara en un susurro que murió entre las paredes del compartimiento, ella sabía que algo grande pasaba. —Draco...— susurro de nuevo tomando la cara de su amigo con una mano logrando que la mirara, Lara bajo la mano rápidamente, definitivamente esa no era la mirada de su amigo, la última vez que lo vio tenía esa mirada que ella tanto adoraba, estaba lleno de vida, en busca de aventuras, pero sobretodo estaba seguro, el Draco que observaban sus ojos ahora no eran ni por asomo eso, le dieron un Draco roto, asustado y con el brillo de sus ojos totalmente opacado —¿Que te hicieron?— pregunto, sentía que los ojos le picaban, Draco era lo más importante en el mundo para ella y no podía dejar que batallara solo contra algo de lo que ella no tenía ni idea.

Draco trago saliva, sus ojos se mantenían fijos en ella y sabía que no debía haberla mirado, Lara tenía ese efecto en él, lo volvía débil según su punto de vista, pero adoraba eso, adoraba poder ser el mismo en los brazos de la pelinegra y no quería que también le arrebataran eso así que trago saliva y se sobresalto cuando una lágrima descendió por su mejilla pálida, iba a secarla cuando la mano de Lara se adelantó tocando la piel de ese lugar causando la era sensación ya tan conocida por el, pero a la que  nunca se acostumbraria.

—No soy el mismo, Lara — confeso el chico en voz baja como si alguien pudiera oirlo además de ellos, Lara frunció el ceño

—Dime algo de lo que no me haya dado cuenta — intento reír la chica pero se sentía tan mal que la apagó al instante, —Quiero que me digas específicamente por que no eres el mismo — pregunto.

Draco tomo aire, no quería que ella se alejara de el, no quería que le temiera, o algo así, Lara era muy importante para el después de su madre y no se atrevería a perderla, el rubio suspiro y movió la manga de su brazo hacia arriba dejando revelada una marca, la marca de las pesadillas de Lara, la cual, solo atino a dejar la vista clavada en el brazo del chico, observando con horror lo cerca que estaba de la mayor representación del mal.

Pero estaba más impresionada por que su pesadilla se había hecho realidad y solo quería llorar.

Elevo su vista al rostro del rubio y abrió la boca para hablar pero nada salió de allí así que lo que mejor pudo hacer fue cerrarla y quedarse muda, pero eso no impidió que lágrimas salieran de sus ojos y sus sollozos inundarán el lugar, Draco trago saliva al verla en ese estado y también empezó a llorar, desconsoladamente, el estaba agobiado muchísimo más que ella y Lara se sintió estúpida por preocuparse por ella en vez de por su mejor amigo —Mierda Draco— maldijo la chica antes de sentarse al lado de su amigo y abrazarlo, Draco seguía llorando pero se dejó acunar por los brazos de la chica y apoyo su cabeza en el pecho de esta para envolver sus brazos alrededor de su cintura con fuerza, Lara solo pudo acariciar la espalda y cabeza de chico con sumo cuidado, como si fuese algo frágil que de un momento a otro iba a quebrarse en mil pedazos entre sus brazos.