Hechizos

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Con un seiðr, escondía sus pasos.
Con un seiðr, silenciaba sus voces.
Con un seiðr, desaparecía sus acciones.

No requerían de su concentración y si así fuera, no podría hacerlos porque su atención siempre se perdía en la mirada turquesa que le devoraba y en esa boca que jadeaba sobre la suya.

—Realmente... Ahm...

No había forma de hablar con claridad.

—Te amo.

Con una serie de seiðrs, ocultaba las caricias que recorrían su cuerpo entero, que crispaban su piel. Se permitía amar y entregarse por completo, podía decir palabras que en público jamás se atrevería a pronunciar.

—¡Thor...!

Dejó que su cuerpo y alma se estremecieran cuando ambos alcanzaron el cielo sin siquiera salir del lecho en que yacían y él solo pudo pronunciar un nombre sin pudor alguno.

Loki era un experto en seiðrs, seiðrs que le permitían gritar el nombre de Thor sin un rastro de culpabilidad.

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