15. ¿Quién es en verdad Sophía Wens?

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Muchas cosas en este lugar resultan causar mera curiosidad, eso es algo que niego, desde los cuatro chicos que parecen hijos del mismísimo conde Drácula, hasta la chica sin cabello que usa un turbante y pega papeles en las paredes, exigiendo justicia por tal acto. Siento lástima por ella, pues la verdad el que me vieran bailar con Johannes no me resulta tan desagradable como a él....

Mientras estaba sentada en una banca mirando me telefono, vi a Sophía cruzar de lejos, saludaba algunos chicos de forma amistosa y seguía su paso calmado por todo el lugar. Bien sabía que ella se conoce todo de palmo a palmo. 

Ella tambien es muy curiosa. 

Igual me he dado cuenta que es ella quien guía por todo este lugar a los de nuevo ingreso, enseñándole pasillos y ciertas cosas que les servirá para sobrevivir aquí. e igualmente, explicar algunas cosas que me dejan algo extrañada. 

Por tu bien, no salgas de la habitación luego de las once pm. 

El salón principal de este lugar se tiene que visitar con la mayor solemnidad que puedas, si vas a bromear y a no tomarte nada en serio, mejor vete. 

Evita gritar, eso los altera y no es nada lindo. 

Cualquiera que escuchara aquellas palabras igual quedaría un poco extrañado, y aún más me pregunto, como yo no he hablado con ella sobre eso.

(...)

    —  ¿Te puedo hacer algunas preguntas? —  pregunté. Sophía levantó la mirada de su ordenador, hace un momento tecleaba algo y habia fruncido algo su ceño. 

  —  Ya estás preguntando ¿no? —  se burló, cerró la tapa de su ordenador y luego me miró. 

No sé que tiene esta chica con la costumbre de que si no tiene que salir de la habitación, se la pasa en playera de chico, que le queda grande, bragas y medias, y el cabello en un moño.  

  —  Nah. Pregunta ¿que se te ofrece saber de mi? 

—  Muchas cosas, admito que eres todo un enigma de chica. 

—  Vaya gracias por ese cumplido —  se recostó sobre su cama y apoyó su cabeza en el peluche de un gato negro....con alas de murciélago. 

   Okey... 

  —  ¿Cuál es tu nombre completo? —  pregunté. 

—  ¿Acaso es un cuestionario? 

—  No, yo por ejemplo sou Danielle Barush Streep. 

—  Sophía Loren Wens, solo tengo el apellido de mi madre, a mi padre jamás lo conocí.  

  —  Vaya. 

—  Si —  abrió sus ojos grises —  Vaya... 

—  ¿Hace cuanto estas aquí y por qué? 

—  ¿La historia corta o la historia larga?  —  esta vez ella tomó asiento sobre su cama y entre sus manos cargo el mismos peluche donde habia tenido su cabeza recostada. 

  —  Tengo tiempo y ganas de saber. 

—  No te culpo —  rodó los ojos — Eres escritora, aunque no tan depravada y sádica como el ciego. 

—  ¿Qué?

—  ¿Ups? Ese niño no es nada rosa, si te llega a tomar confianza te mostrará sus escritos y veras con horror lo que él hace. 

—  En fin. Como ya dije desde un inicio solo me crió mi madre, de mi padre jamás supe o he sabido algo. La situación en verdad no es que fuera buena para aquel tiempo. Era mi madre, un destino desastroso y yo, para colmo, nadie la apoyó cuando quedó en embarazo, pues era demasiado joven. La típica historia de la chica embarazada y el tipo que huye.

<< El punto es, que cuando cumplí diez años, ella no pudo más conmigo. La presión, la ansiedad la consumieron y pues aqui me dejo, argumento que no podía cuidarme. Es allí donde entran en juego Helena y Johannes, que para ese entonces solo tenia nueve y si, era mas dulce de lo que es ahora.  Así que si, desde los diez años estoy aquí en Veronica Henton>>

  — Ya veo ¿Y tu madre? ¿Ella venía a visitarte? 

—  Que va —  bufó   —  Nunca se ha aparecido por acá, y ahora menos que soy mayor. Al inicio me escribía cartas, pero ya luego ni eso volvió a llegar ¿Sabes?  Varias veces escuche a Helena decir con lástima "¡Por Dios! Esa niña nos la han dejado a nosotros, de esa mujer no se sabe nada de nada ¿Que haremos?"

<< Pues era claro que esto ya no es un orfanato, solo una escuela, así que consideraron que me enviarian a Santa Rita, un internado de señoritas en Houston. Ese era mi destino ¿Pero sabes que pasó, Daniell? Pues si, descubrieron que yo era una compañía bastante sana para el señorito Johannes, me dejaron aquí para que pasara el rato con él y así, ya luego del tiempo fue que ingrese papeles como cualquier estudiante común y aquí me ves de dibujante" 

  —  O sea que tu madre... 

—  Para mi desgracia, supe que fue de ella. Oh si, tiene una familia. 

Vaya, eso si me llega como una bofetada. 

—  Hijos, un esposo. Es más, los he visto, hasta por un lado les he pasado y al parecer ni me reconoce, o si lo hace pero finge que no. Quien sabe. No la culpo. Tal vez necesitó deshacerse de mí para hacerse un futuro brillante, sé que es abogada y le va bastante bien. Yo era tal vez esa parte del pasado malo que ella dejó. 

  —  No me cabe eso en la cabeza, Como tu madre pudo.... 

  —  Ya ni me mató la cabeza con ello. 

Tal vez mentía con eso, porque el dolor se le notaba en la mirada. 

—  Pero entonces Mike... 

—  Él  —  Sophía negó con la cabeza y sonrió —  él solo quería alguien que llenara el vacío de la trágica muerte de su hermanita menor, Geraldine. Y yo, bueno, pues me preste para ser su "Hermanita" Me trata en todas las reglas como una. 

En parte esa revelación de resultaba agria, pero igualmente dulce. Además de que resultaba muy cierto, en todas las reglas él la trata como una hermana, incluso con el propio bullying que esto conlleva, tanto que desde un inicio pensé que si lo eran en verdad. 

  —  Aunque le no solo te considera como hermana, tu lo consideras a él como tal — opiné. 

—  Pues no tengo a los míos de sangre, tengo uno de toda la palabra —  sonrió con tristeza —  ¿Algo más que quieras saber?  Soy un libro abierto para ti. Pues fuera de Johannes y Mike, nadie se habia atrevido a preguntarme y sacarme toda la sopa — rió. 

  Ahora que lo pensaba. 

  —  ¿Algún romance?  

Y una sonrisa triste marco la pálida cara de Sophía Loren Wens. 

 


Mi ciego Corazón ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora