Otro día más en este aburrido instituto donde nunca pasa nada. Ayer tuve la suerte de que cuando mi padre llegó a casa borracho ( como hace todos los días) yo ya estaba dormida y no me pego como hace casi siempre pero está mañana no pude librarme de sus insultos. Hace poco que empezó este nuevo curso y como todos los años para mis compañeros soy invisible aunque me gusta serlo porque así nadie se fija lo suficiente para ver cuánto he cambiado estos últimos años. Cuando mi madre murió yo tenía 15 años y desde entonces vengo aguantando todos los insultos y agresiones de parte de mi padre, perdí a todos mis amigos porque nunca me dejaba salir con ellos y con el paso del tiempo me acabaron dejando de lado.
Soy la chica que siempre se sienta en la última fila para que nadie la moleste, la que nunca mira a los ojos cuando le hablan o debe hablar con alguien y para los que os preguntéis el porqué no miro a los ojos debéis saber que no lo hago porque no quiero que nadie vea mi sufrimiento reflejado en mis ojos también me siento sola en la cafetería y no hablo con nadie para que no vuelva a pasar lo mismo que con mis antiguos amigos los cuales ya ni me miran, soy igual de invisible para ellos como para el resto. No quiero que nadie sienta lástima por mí, eso es algo que odio desde que era pequeña, por eso me alejo de la gente porque si no pasan tiempo conmigo no se dan cuenta de lo dañada que estoy y no me tendrán lástima.
Hoy las clases han pasado demasiado rápido, me han mandado muchos deberes y tengo un examen de matemáticas para la semana siguiente, lo que significa que voy a estar toda la tarde sola y ocupada pero lo bueno que eso tiene es que mi padre no me molestará ya que estará en el trabajo y después en algún bar emborrachándose. En mi taquilla encuentro una carta dirigida a mí. La carta decía:Hola Diana:
Sé que pensarás que esto es una broma pesada de cualquier tonto de los chicos del instituto pero no lo es, solo soy un chico que está preocupado por ti. Todos los días tienes una mirada triste y nunca miras a nadie a los ojos, también ha habido veces que he podido ver moratones en tus brazos.
Sé que a lo mejor no me quieres contar el porque pero debes saber que yo estoy aquí para ti, para ayudarte. Me preocupo por ti pero eso ya lo di a entender antes.
Espero que guardes las cartas como yo haré con las tuyas si algún día me las contestas claro.
Besos y abrazos, espero que un día no esté triste como lo estás ahora.
Atte. Anónimo.No puedo evitar sonreír mientras la leo y aunque me preocupa que alguien se haya fijado tanto en mi tristeza como en mis moratones, me alegro un poco saber que puedo contar con alguien, alguien que se preocupa por mí, alguien que no me tiene lástima. Decido guardar la carta como el me ha dicho ya que quiero conservarla para poder leerla siempre que esté mal. Me gustaría responderle a la carta pero ¿Dónde se la dejo? ¿Se la dejo en mi taquilla? Si se la dejo ahí, ¿la verá? No sé ni su nombre ni su taquilla, no sé nada de él así que decido no contestarle aunque no puedo evitar rogar en mis pensamientos que no deje de mandarme cartas. Espero que no tome a mal que no le contesté a su carta.
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Atte. Anónimo {Completa} #disneyawards19
Short StoryUna chica que aguanta todo tipo de insultos por parte de su padre, el cuál a veces también le llega a pegar, encuentra a un chico que la ayuda a mantenerse en pie hasta que tiene la mayoría de edad para poder irse de casa y vivir sola. Prohibido cop...