Cap XII

5K 368 27
                                        

El rubio sonrió placenteramente al escuchar aquel susurro , se retiró la camisa y se recosto sobre la cama boca abajo, se acomodo listo para recibir aquel masaje; luego de esto el peliverde se sentó sobre las caderas del rubio frotando sus manos en la espalda de éste, pasando de los hombros hasta la parte baja de la espalda

—¿Se siente bien?— pregunto el peliverde mientras daba pequeños golpes en la espalda

—Si... Eres bueno— susurro debido a que la almohada no le permitía hablar libremente

—Lo sé~— se centró en los hombros ya que estos estaban demasiados tensos »Tiene una piel hermosa« pensó acercándose para verla más de cerca, percatándose de unos cuantos rasguños de la noche anterior, sonrió y siguió con lo suyo

—Creo que sé que otra cosa puede relajarme... —  comentó mientras quitaba al peliverde de sus caderas, dándose vuelta y poniéndolo nuevamente sobre su pelvis, comenzó a ascender sus manos por el abdomen del peliverde subiendo a la vez la camisa que portaba éste

—¿Q-que haces?— apartó las manos del rubio posicionandolas arriba de la cabeza de éste —Aún me duele... — comentó nervioso desviando la mirada 

—Deku... — se zafó y tiro al peliverde sobre la cama quedando entre las piernas de éste, entrelazo sus manos con las del contrario una de cada lado —Hay que hacerlo— dijo mirándolo pervertidamente

—N-no... H-hay que esperar a l-la luna de miel... — balbuceo intranquilo evitando todo contacto visual con el rubio 

—Mañana será otro asunto y haré que sea inolvidable para tí... — comenzó a repartir besos en su cuello

—Cada vez que lo hacemos es inolvidable... — susurro sintiendo el toque de los labios del rubio el cual lo hacían estremecer

—Lo será aún más... — soltó las manos del peliverde y retiró la camisa de éste para luego besar sus hombros y descender a su pecho lamiendo y mordisqueando uno de sus pezones

—Ugh... Mgh~— gimio placenteramente enredando sus dedos con los cabellos del rubio incitandolo a que siguiera

Se separó dejando un delgado hilo de saliva —Deku... — se incorporó mirándolo fijamente, luego de una pequeña pausa lo abrazó con fuerza —No quiero que te alejen de mi lado... — dijo con tristeza

Algo sorprendido por la acción y sentimientos que presentaba el rubio —No lo harán, Kacchan

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Algo sorprendido por la acción y sentimientos que presentaba el rubio —No lo harán, Kacchan... No lo permitirás, ¿o si?— pregunto correspondiendo el abrazo mientras acariciaba su cabello

—Claro que no, eres mío y pronto serás mi esposo, así que con mayor razón no debo dejar que te lleven de mi lado— dijo con mayor seguridad separándose de aquel abrazo y luego besar aquellos suaves labios del peliverde

—Así se habla— murmuro antes de besar los labios del rubio, era apasionado y húmedo, lo cual lo hacía aún más excitante; el rubio comenzo a mover sus caderas con la contraria frotando ambos miembros —Ngh... Ha... — jadeante se separó de los labios del contrario dejando un hilo de saliva que aún los unía —Te amo— lo abrazo con sus piernas acercando más los dos cuerpos hasta sentir un bulto por parte de ambos

—Yo igual— susurró mientras deslizaba su mano para poder desabrochar sus pantalones sacando lentamente ambos miembros comenzando a frotarlos entre sí

—Mgh... — arqueo levemente su espalda al sentir una ola de excitación recorrer su cuerpo —Insisto... H-hagamoslo mañana... — dijo en voz baja observando las acciones del rubio, el cual aún seguía con lo suyo

—¿Mañana?— dejó de hacer eso y prestó atención al peliverde

—Si... Hacemos todo lo que quieras— respondió nervioso

—Bien... ¿Y que piensas hacer con esto?— ladeo la cabeza refiriéndose a sus miembros erectos

—Solo... Encarguemonos de eso— se incorporó y comenzó a hacer lo que el rubio no había terminado, frotandolos y masajeando sus testículos —Agh... Se... Se siente bien~— dijo antes de poder correrse —Lo siento— se disculpó al ver que había manchado ambos abdomenes

Negó con la cabeza sin preocupación —Esta bien— acarició la mejilla del peliverde regalándole una sonrisa —¿Tienes hambre?— apartó su mano

—Si, un poco... — respondió mientras se abrochaba su pantalón incorporándose

—Bien... Yo haré la comida...  Tu descansa— pasó su mano por la cabellera del peliverde saliendo de la habitación »¿Por qué siento que algo malo sucederá?« pensó encaminándose a la cocina

El Último Beso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora