El Último Beso

Cap XIII

Llegó a la cocina y sacó algunos ingredientes de las bolsas, sacó los utensilios y comenzó a cortar la verdura »Mañana me casaré con Deku... « no pudo evitar formar una leve sonrisa en su rostro, terminó y puso una olla con agua a calentar echó pasta y esperó a que se cociera, se sentó y observó a la nada »¿Será muy rápido el querer adoptar a un niño?« pensó dudoso, continuo cocinando hasta que llegó el peliverde

—Mmm... Huele bien ¿Que prepararas?— pregunto desde el marco de la puerta 

—Hice algo sencillo, estoy agotado... — fue a un mueble y sacó un par de tazones —Preparé ramen— comentó sirviendo los fideos

—Sea lo que sea, te queda delocioso— fue por los tazones y los puso sobre la mesa

—Gracias— se acercó desde atrás apegando sus cuerpos

—S-si— nervioso por la situación dejó caer los palillos quedando a centímetros de la orilla de la mesa, suspiro aliviado y separó al rubio —Comamos, se ve delicioso— beso rápidamente los labios de rubio y tomó asiento

—Bien— sonrió y fue a sentarse al frente del peliverde

—Buen provecho— luego de decir esto ambos  separaron sus palillos y comenzaron a comer

—Es delicioso, Kacchan— comentó luego de pasar bocado

—¿Te gustó?— dirigió una porción a su boca esperando respuesta

—Si, está muy rico— sonrió con los cachetes llenos de comida, paso bocado y tomó el caldo que quedaba —Ah~ estuvo de-li-cio-so— se limpio con una servilleta

—Hm, si, sabe bien— mira su plato aún lleno —¿Quieres que te sirva más?—

—¿Que hay de ti?, casi no has comido, ¿pasa algo?— le entregó su tazón

—Nada, se me quitó el apetito— comenzó a servir

—Entonces ya no me sirvas, comeré lo que dejaste— agarro el tazón del rubio

—¡Si lo querías me hubieras dicho...! — vertió de nuevo la sopa a la olla

—¡Lo siento...! — se encogió de hombros al ver el rostro del rubio —Creí que seguirias comiendo— succiono los últimos fideos

—Ah... Esta bien— colocó el tazón en el fregadero —Iré a tomar una ducha— salió de la cocina

»¿Se sentirá bien?... Está muy raro« miro como el rubio salía de la cocina, se levantó y fue a lavar los pocos trastes que habían, luego de eso fue a la recámara el rubio apenas iba saliendo de la ducha —Kacchan, ¿estas bien?—

—¿Por que preguntas?— lo observó mientras secaba su cabello

—Bueno... Hmm, recién actuaste extraño, casi no comiste— comentó mientras rascaba su mejilla un tanto incómodo

—¿Extraño?, solo se me fue el apetito— buscó ropa interior y se la puso

—Si, eso es extraño— desvió la mirada al ver la toalla deslizarse hasta el suelo —T-tu siempre comes demasiado— miro de reojo a ver si el rubio ya estaba vestido asegurándose de que así fuera regreso su mirada al frente

—Solo... Tuve un mal presentimiento— se sentó a su lado colocándose su pantalón

—¿Presentimiento?, ¿sobre qué?— lo miro extrañado

—No lo sé... Solo olvidemonos de eso y hay que dormirnos, ¿si?— se levantó y se acostó, golpeteo a su lado y el peliverde fue hacia allá

—Buenas noches— beso su mejilla y se acostó sobre el pecho del rubio

—Buenas noches— acarició su cabello con delicadeza hasta quedarse dormidos

Al día siguiente...

Ambos se levantaron temprano, el rubio tenía algo en mente, se notaba en su rostro, luego de que el peliverde terminara de vestirse entró y no lo dejó pasar, luego de un largo tiempo salió

—Tardaste mucho— lo miro molesto

—Perdón estaba preparando algo, ¿nos vamos?— ofreció su mano y el contrario la tomó

—Apresuremonos— caminó rápido a la salida, después de una larga caminata llegaron a dicha iglesia, al finalizar la charla con el sacerdote el cual accedió a hacer una boda rápida, procedieron a realizar la ceremonia

Dijeron los votos y finalizó la ceremonia —Pueden  besarse— mencionó el sacerdote con una ligera sonrisa mientras se retiraba

—Te amo— dijo el peliverde derramando lágrimas de felicidad —Por fin nos casamos— lo abrazo con fuerza

—Yo igual te amo— con sus pulgares limpió sus lágrimas, para luego corresponder aquel abrazo —Ven vamos a celebrar— dijo separándose tomando la mano del peliverde

—¡Bien!— sonrió y siguió el paso del rubio, salieron y caminaron lentamente por aquel camino rocoso

Por aquellos rumbos...

—¡Joven amo, los hemos ubicado!— llegó un guardia con voz agitada y una leve sonrisa

—¿Donde están?—

—Van saliendo de una iglesia—

—Vamos... — »Probablemente se casaron... « pensó al recordar que en el día del incidente la pareja llevaba un juego de anillos

Se encontraban a unos cuantos metros de distancia de la pareja para que no escucharan el galope del caballo

—Dejemos que se diviertan un poco más... Continúa con tu camino... — le indicó al jinete y éste siguió las órdenes dejando atrás a la pareja

—Oye Kacchan, ese carruaje se parecía mucho al de él— comentó el peliverde señalando dicho carruaje con preocupación

—Si... — observó con detenimiento como se alejaba »¡Maldición... !«