Caminé por la banqueta aumentando poco a poco mi paso mientras los paramédicos pasaban junto a mí cargando camillas con gente herida, una densa nube de polvo aún no se disipaba y me hacía toser mientras una mujer con un bebé en brazos pasaba junto a mí empujándome.
La acción hizo que levantara la mirada justo frente a donde solía ubicarse el edificio, mi corazón se partió en mil pedazos al mirar lo que algún día fue mi hogar convertido en escombros, en ese momento caí de rodillas y me llevé las manos al rostro, mis lágrimas comenzaron a brotar y se mezclaban con el polvo manchando mis mejillas, ahora eso no me importaba. Mi cuerpo temblaba y se estremecía, estuve en esa posición por algunos minutos hasta que un hombre se acercó.
—¿Se encuentra bien, señorita? —preguntó ayudando a levantarme.
—Sí... —susurré ya estando de pie, justo cuando el hombre se alejaba hacia el tumulto de gente que se solidarizaba, lo tomé del brazo, solo una cosa me importaba saber.
—Señor... ¿sabe algo acerca de Bernardo Robles? Es mi papá y algo me dice que estaba aquí cuando el edificio se derrumbó. —dije con voz entrecortada.
—Lo siento, me gustaría poder ayudarte, pero lo único que sé es que se encuentra en la lista de los desaparecidos, aún no tenemos noticias sobre su paradero... —respondió tras algunos instantes de mirar su lista notándose inquieto por continuar su labor.
—Gracias... —susurré a punto de romper en llanto soltando al rescatista y retrocediendo algunos pasos, él me miró por algunos segundos y luego corrió nuevamente hacia donde un grupo de personas levantaba un gran bloque de concreto.
«¡Levanten la viga! ¡Hay gente ahí abajo!»
Gritaba una voz masculina mientras aquel conglomerado se unía para remover la gigante estructura de acero y concreto, luego de varios intentos lograron levantarla y entre dos rescatistas sacaban a una persona.
—¡Suéltenme! ¡Necesito encontrar a mi princesa! ¡Suéltenme, maldita sea! —Al instante reconocí aquella voz, se trataba de don Camilo quien forcejeaba con los rescatistas y voluntarios, me acerqué algunos metros y noté algo que me heló la sangre, el hombre había perdido ambas piernas y los paramédicos no sabían si contener la hemorragia o anestesiarlo para poder subirlo a la camilla. Lo más correcto era hacer ambas cosas, creo yo. Así lo hicieron. Yo me volteé pues si continuaba mirando era posible que no soportara y terminara desmayándome, bastaba con escuchar los gritos de dolor.
Cuando lograron asegurarlo a la camilla uno de los paramédicos colocó un paño en su nariz y el hombre poco a poco fue cerrando los ojos y callando sus gritos, al pasar la camilla junto a mí, don Camilo aún no quedaba sedado por completo así que al verme a los ojos lloró desconsolado al tiempo que parecía quedarse dormido mientras lo subían a la ambulancia.
Fue entonces que reaccioné y corrí entre los escombros pese a los intentos de los cuerpos de rescate que pretendían alejarme del área.
—¡Déjenme!, necesito encontrar a mi papá. —grité descontrolada avanzando rápido por toda el área mientras el resto de rescatistas y voluntarios continuaban en su labor y solo uno siguió mis pasos tal vez cuidando mi seguridad.
El escenario era de terror, mi mundo se estaba viniendo abajo a cada segundo que pasaba, estaba quedando afónica de tanto gritar «¡Papá!», como una niña pequeña que se ha perdido en el parque o en cualquier otro lugar público.
«¡Hay una joven bajo esta loseta, necesitamos más hombres!»
Gritaban mientras vecinos y gente que aparecía de por todas partes llegaban al auxilio.
![](https://img.wattpad.com/cover/155732914-288-k955832.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Amor entre escombros ©️ ✔
Teen FictionMarifer es una adolescente de secundaria que vive su vida como cualquier otra, cuenta con su mejor amiga en todo momento y tiene a su lado a Uriel, un chico con un triste pasado y un desgarrador presente, quien es su novio en secreto dado a la negat...