Capítulo 5

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Pov

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Pov. Omnisciente.
[...]


Levi dejó al chico en su casa y el siguió su camino hasta que recordó lo que le prometió a la enana.

Condujo con cuidado, llegando a una mansión de tono marrón oscuro pero que en la noche se veía negra.

En el portón de rejas metálicas habían dos guardias de smoking.

En cuanto lo vieron lo dejaron pasar, al parecer tenían la orden desde antes, como si su madre siempre lo estuviera esperando.

Pasó, estacionó su moto en el jardín, se quitó el casco y procedió a enfrentarse a lo que tanto había evitado por más de 4 años.

En cuanto entró en el recibidor varios recuerdos se le vinieron a la cabeza, recuerdos de su infancia junto a su pequeña enana, y su padre antes de abandonarlos.

Sacudió la cabeza para quitar esos recuerdos y avanzó con lentitud.

- hi-jo..?.- se escuchó una voz femenina.

Levi vió que de las escaleras bajaba la mujer que le dió la vida, una mujer con una bata larga y abrigo de seda de color azul marino, de media estatura, cabellos negros largos y desordenados, ojeras bajo sus ojos grises, y pálida, sin vida.

Quiso retroceder, la culpa lo invadía, se giró para evitar sentir vergüenza de el mismo, si tan sólo no se hubiera ido talvez las cosas hubieran sido diferentes, y su madre no se vería tan, marchita.

La mujer agarró su brazo comprobando que no fuera una ilusión, dejó salir un sollozo.- hijo, mírame.- el nombrado se giró despacio con la vista en el suelo y el corazón galopando furioso. Tomó con su manos tibias las mejillas frías de su hijo y lo hizo verla.- todos los días esperé por tí.- le dedicó una sonrisa afligida.- guardando la esperanza para que pudieras venir y pedirte perdón por hacerte a un lado cuando tú tenías la razón. Tu e Isabel me necesitaban más que nunca cuando su padre se fué, y yo, sólo me casé y los hice a un lado. Perdóname hijo, por favor, perdóname.

Para éste punto, Levi no lo soportó, el bien podría ser un patea culos, serio, duro cuando se lo proponía, pero al ver tal débil a su madre y pidiéndole perdón, su corazón llegaba a ser la de un niño que necesitaba el refugio y las risas de una madre, no su llanto.

La abrazó y liberó sus lágrimas.- yo también lo siento mamá, lamento haberte abandonado cuando juntos pudimos librar la batalla y seguir adelante los tres, perdón por ignorarte todo éste tiempo. Perdón.

La mujer negó abrazando fuertemente a su hijo y diciéndole cuanto lo amaba.

Mientras una Isabel en bata grande y olgada de tono púrpura, veía la escena con lágrimas y mocos.

Levi en cuanto la vió le hizo una seña y brincando los escalones llegó a su lado y los tres se fundieron en un abrazo reconfortante y lleno de paz.

Desde ese día, Levi le prometió a su madre visitarla más seguido y comer con su compañía.

Las cosas volverían a ser un poco como antes, también kuchel le dijo que el trámite del divorcio con aquel canalla ya estaba hecho y que se lo iba dar para después hecharlo de su casa, separando sus ganancias y dejarlo en la ruina.


Y esa noche, Levi e Isabel durmieron en la ancha cama matrimonial acurrucados junto a su madre, quien no los quiso soltar por nada del mundo.

©ℳⅈ ℂℍⅈℂ⌾ ℒⅈℕⅅ⌾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora