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Capítulo 20

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Pov. Omnisciente.
[...]

10/Mayo.→Actualidad.

Dentro de un coche y con lluvia.
Están dos personas sentados en un ambiente demasiado tenso, tan tenso que podía cortarse con unas tijeras.

- terminamos.

Dijo el ojijade, no queriendo enfrentar la mirada incrédula y dolida de su prontamente ex novio.

«Lo siento de verdad, realmente no quiero. Es demasiado doloroso.»

-.. qué?.- su voz se escucha ahogada y siente como su estómago se retuerce, y también, su corazón.

- lo que escuchaste... terminamos..ya no..No quiero nada contigo. Ya me cansé.

«No es verdad, amor. Sin tí no puedo seguir, te necesito tanto, jamás tengo suficiente cuando estoy contigo».

Levi no puede creerlo, se niega rotundamente a creer que su niño, su precioso chico, esté partiendo su corazón.

Lo agarra de las mejillas e intenta buscar esos ojos esmeraldas, que sólo buscan evadirlo a cualquier costa.- estás bromeando, verdad amor?.

Eren aprieta los puños y la quijada, se niega a llorar, pues si lo hace, su sueño sabrá que algo le está haciendo cometer el rompimiento tan desgarrador.

«Debo soportar, no debo llorar. Aunque me esté muriendo en agonía».

- no es ninguna broma..Yo.. estoy cansado, sólo te usé..para que dejaran de molestarme..Y también.. para meterme en tu cama.

«Es mentira, todo lo que te estoy diciendo, son mentiras. Mi intención nunca fue usarte, sólo quería amarte con locura, y te amo perdidamente».

Se está quebrando de a poco.
El corazón del pelinegro, se está partiendo en miles de padazos.

Han agarrado ese órgano vital entre puños, lo estrujan con demasiada fuerza que es como si la muerte viniera por él.

Duele. Duele. Duele!.

- no tú, por favor. No me hagas ésto, ¡no tú!.- a parte de sentir ese desgarrador dolor, siente ira. Sus ojos pican al retener las lágrimas, siente un nudo en la garganta, así que pasa saliva.- ¡mírame!.- grita desesperado por ver la cara del chico, quiere ver la verdad en esos ojos que tanto ama. Eren niega y quiere quitar esas frías manos de sus mejillas. Pero la fuerza con la que Levi le agarra le impide cualquier escape y también le lástima.- dímelo, dime que ya no me amas. Porque no puedo creerte.

Un largo silencio se forma.

Eren mantiene la mirada baja, mientras su flequillo cubre sus ojos. Puede sentir esa mirada marchita.

«Odio esa mirada. Tan triste y vacía, desesperada. Y me odio a mi, por ser yo, quien te esté haciendo ésto, pero quiero protegerte. No quiero que nadie, absolutamente NADIE, te humille y te denigre por mi culpa. Quiero que sigas tu vida, sin éste parásito raro, que soy yo».

Oh Levi, Levi mantiene la esperanza de que su chico sólo le esté jugando una mala y muy pesada broma.

Él está a punto de romperse.

«Perdóname mi amor».

- no te amo.

Dice Eren, quitando rápidamente las manos del hombre y saliendo del coche.

Levi se rompe.

Ambos se rompen.

Aún así, se niega rotundamente a dejar las cosas de una forma tan banal y horrenda. Sale del coche, mientras la lluvia los moja.

Levi toma el brazo izquierdo del castaño, tan desesperado estaba que no midió la fuerza y provocó un pequeño quejido en el contrario.

- ¡basta ya, me lastimas!.

«Me lo merezco, y te entiendo».

- ¡dime qué hice mal!.- lo suelta y aprieta los puños en cada costado, ejerciendo tanta fuerza hasta encajar sus uñas en las palmas y que sangren un poco.- ¡Joder Eren, estábamos bien hace dos semanas, porqué de repente cambias y me haces ésto!.

En ese momento, Eren agradecía que estuviera lloviendo, pues así, su amado no vería esas lágrimas caer como cascadas.

- ¡ya lo dije, estoy harto de estar con quien usé!.

«No es así, no es así amor».

- ¡ya no me sirves!.

Su respiración se detuvo cuando observó la mirada del contrario, congestionarse en un venidero llanto.

Y lloró.

Pero al igual que el castaño, las lágrimas del pelinegro no pudieron identificarse.

Las lágrimas del cielo oscuro cubrieron las suyas.

Pasó un taxi y Eren se subió en el.

Dejando a un hombre destrozado y parado en la mojada acera.

Pov. Eren.
[...]

Me bajo del taxi y corro hacia la entrada de mi casa, saco las llaves de mi bolso en intento ingresar la misma en la cerradura. Fallando, pues mis manos tiemblan y las llaves terminan en el suelo, mientras que yo me siento y me pongo a llorar hasta desgarrar mi garganta, la lluvia enmudece mis gritos y siento el peor frío que nunca jamás e tenido.

Duele tanto.

A veces pensaba, que las personas eran unos completos tontos al creer "si lo amas, déjalo ir". Pero he sido otro tonto más por obedecer ese estúpido y viejo dicho. Y ahora lo entiendo.

Porque realmente lo amo.

Algo sobresale de mi bolso y lo saco.

Veo las grotescas notas de amenaza y esas fotos de mí y Levi besándonos.

"Aléjate de él, o mostraré que tan 'hombre' es Ackerman".