Cartas a un Homofóbico

Doceava Carta

«Ellas»

Fue divertido, ¿lo recuerdas? Cuando te presenté a mis hermanas, tu cara fue muy graciosa.

Fue igual cuando se las presenté a los chicos, quedaron con la boca abierta.

Y ¿cuándo no? Si te enteras que tu mejor amigo tiene cinco hermanas.

Las tres mayores son del primer esposo de mamá.

Las dos menores y yo somos de un amante que tuvo después de que su esposo la abandonó. Lástima que no pudieron casarse, esto te lo contaré en otra carta.

Azul, Cielo y Mar. Son mis tres hermanas mayores. A mamá le encantaban esas tres cosas.

Anny y Fanny. Mis dos hermanas menores, son gemelas.

Y yo, en medio de las cinco.

Han crecido mucho, todas.

A ellas les agradaron mis amigos, es más, se alegraron de haber podido encontrar a tan buena gente.

De vez en cuando preguntan por ti, sobretodo las gemelas, a pesar de que te odiaban cuando eran pequeñas.

No sé qué decirles, si dijera que me odias te matarían (no literalmente, claro).

Estoy seguro que Azul sería la primera en enojarse, después de todo ella me crió junto a mi tía paterna.

No quiero que se enojen contigo, no es tu culpa el odiar me, es mi culpa por haberme enamorado de ti.

Como sea, estoy feliz de que ellas se lleven bien con los chicos.

Nos la pasamos hablando todo el día, a excepción de Azul que debió irse a trabajar.

¿No te había contado, cierto? Azul es doctora y se especializa en cardiología, hace un trabajo increíble, de verdad la admiro.

Cielo y Mar tenían el día libre así que hablamos con ellas y las gemelas.

Mar bromeaba a ratos sobre emparejar me con Ryan y él se ponía rojo.

¡Tan lindo!

Puede que le dé una oportunidad.

Espera mi siguiente carta.

—Chris.