Cartas a un Homofóbico

Diecisieteava Carta

«No lloro»

Creo que no te lo había dicho antes, pero supongo que ya lo habías notado.

Yo no lloro.

Esto se debe a un trauma que tengo desde pequeño, pensé que lo mejor era contártelo.

A los cinco años, mi tía Verónica (hermana de mi padre) llegó desde Francia para ayudar a cuidarme.

Lo que sucedió es que, ella es diseñadora de modas y, al ver mi "belleza", quiso hacer de mí uno más de sus modelos.

Aunque aún era un niño pequeño sabía que eso no me gustaría, y me negué.

Naturalmente ella se enojó, me llevó a la fuerza a Francia por un año.

Ése fue el peor año de mi vida, me obligó a vestir como niña y a modelar para una revista de modas para niños.

Lo bueno es que esa revista solo es publicada en Francia.

Lo malo es que tuve que pasar muchos malos momentos.

Cada vez que iba a ponerme un vestuario nuevo me negaba, pero no servía de nada, ella siempre me golpeaba hasta que yo ya no podía más y terminaba cediendo.

Las primeras veces que empezó a golpearme lloraba mucho, hasta que una vez se hartó de mí y me insultó.

Aún recuerdo sus palabras, a pesar de haber pasado ya casi doce años, aún las recuerdo.

Sus palabras llenas de odio y asco.

" —Tu rostro lloroso me da asco, será mejor que dejes de llorar, si no lo haces tendré que azotarte la espalda."

Ella solía golpear mis manos con una regla cada vez que se enojaba conmigo, algunas veces me azotaba la espalda pero no era tan frecuente. Aún tengo unas cuantas cicatrices de eso.

Después de su amenaza trataba lo más que podía de no llorar, hasta que lo logré.

Un día, mis lágrimas simplemente no salían, sólo podía sollozar y temblar de dolor.

Desde entonces mis lágrimas no salen, no lloro, y cuando lo hago solo puedo sollozar.

Al finalizar ése año, regresé a casa porque mi mamá le había suplicado a mi tía Verónica que me regresara con ella.

Así que, esa es la razón de por qué no lloro, sé que te lo habías estado preguntando desde hace mucho y con esto te lo aclaro.

Espera mi siguiente carta.

—Chris.