CAPÍTULO 8

16 5 1
                                    

DESCUBRIENDO EL PASADO

Estaba reunido Iván, en la habitación principal del clan del Tigre, con Joel, Saúl y algunos hombres.

—Mañana iremos a entrenar a la montaña —mencionó Iván.

—¿Iremos a entrenar fuera del clan? —preguntó Joel.

—Sí, quiero que se conecten con la naturaleza, que equilibren su energía. Así que avísales al resto de tus estudiantes.

—Entendido padre.

—Saúl tú también irás, debes alistarte.

—¿Yo?, pero estoy castigado, debo ayudar a Sauce.

—Pues ya no, te levanto el castigo. También debes de entrenar.

Dando esta última orden todos salieron a prepararse, iban a salir muy temprano en la mañana hacia la montaña. Al contrario del clan del León, que tenían planes no para entrenar, sino llevar a cabo su plan de secuestrar a Mina.

Clément había mandado previamente a dos hombres para que espiaran al clan del Tigre; y ellos tenían la noticia del entrenamiento en la montaña, momento perfecto para atacarlo.

—¿Cuándo vas a secuestrar a esa niña? —interrogó el León.

—Mañana señor, estamos vigilando el clan y según nuestros espías mañana será el día perfecto —contestó Clément.

—Muy bien, espero que no falles. Recuerda que ella sabe defenderse.

—No se preocupe señor la conozco muy bien.

Eran las 6 de la mañana y todos estaban listos para salir, se encontraban reunidos en el patio hasta que Mina salió muy enojada y se dirigió hacia su padre.

—¿Irán a la montaña a entrenar? —reclamó—. Padre quiero ir.

—De ninguna manera Mina, una señorita no va a entregar se debe quedar cuidando el clan.

—Pero padre, es la primera vez que van a entrenar fuera, yo quiero ir con ustedes.

—No todos van a ir, se quedaran algunos hombres para que las cuiden. Ahora regresa a tus lecciones con la institutriz.

—Padre...

—Hazle caso a nuestro padre Mina, quédate -aconsejó Joel.

Mina muy furiosa regresó a su habitación al no dejarla ir a entrenar. Después de media hora todos se fueron rumbo a la montaña que queda a una hora del clan. Al llegar todos empezaron a calentar pues el entrenamiento iba a comenzar.

Iniciaron con un calentamiento breve, después Iván les pidió conectarse con la naturaleza, usar todos sus sentidos para poder entenderla y ser parte de ella, luego siguieron con el equilibrio, cerca de la montaña se hallaba un río y ahí juntaron varias rocas en forma de torre donde los estudiantes bebían pararse sobre ellas guardando el equilibrio, algunos no podían y tan solo caían al agua.

Siguiendo con el entrenamiento hubo un momento en que debían canalizar su energía y su fuerza.

—Movimientos suaves, déjense llevar por el viento, junten toda su energía en un punto de su cuerpo —decía Iván quien los estaba entrenado—. Controlen su energía cuando lo hagan controlaran su fuerza.

Cuando Saúl escuchó esas palabras recordó a Mina, ya que fue lo mismo que le dijo en su primera lección con la espada. "Movimientos suaves, deja que el viento te guíe", eran las palabras que él recordaba.

—Muchas veces serán atacados y ustedes no tendrán sus armas, así que deben defenderse con sus manos, es ahí donde entra el uso de su energía y de su fuerza —continuaba Iván.

EL ÁRBOL OTAÑAL «TERMINADA»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora