CAPÍTULO 9

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DE REGRESO

Había amanecido y Saúl salía de su habitación, pero al salir se encontró con Mina quien estaba afuera esperándolo. Él al verla se sorprende más aun cuando ella llevaba su uniforme puesto a lo que él le pregunta la razón de ello.

—Todavía tienes la costumbre de levantarte tarde —dijo Mina—. Rápido ve a desayunar, luego vamos a entrenar.

—¿Entrenar? —se cuestionó Saúl sin entender nada de lo Mina decía.

—Sí. Ayer le pedí a mi padre que me permita regresar a las actividades del clan y él lo aceptó, siempre y cuando cumpla con las lecciones con la institutriz. Además sigo siendo tu maestra.

—¿Maestra?...

—Sí, hay mucho que aprender. ¡Apresúrate, ve a desayunar para luego entrenar!, te espero en patio de atrás.

Joel e Iván caminaban por los pasillos del clan, estaban conversando sobre lo sucedido con Mina, era una conversación entre padre e hijo.

—Así que dejó que Mina regresara a las actividades —mencionó Joel.

—Me lo pidió ayer, y creo que es justo —afirmó Iván—. Este clan es su vida y se volvería loca si no la dejo participar.

—La verdad me alegra que ella haya regresado, pero ¿qué pasó con las lecciones?

—Seguirá, ese fue el trato. Ahora Joel quiero ver si has mejorado.

—¿Cómo? —cuestionó Joel.

—Vamos a enfrentarnos. Desde pequeño siempre querías superarme, ahora veamos si ya puedes.

—Sí padre.

De inmediato Iván sacó su espada y atacó a Joel, éste evadió el ataque y también sacó su espada. Ambos se dirigieron al patio principal y comenzaron con su batalla. Todos los estudiantes y miembros del clan que escuchaban la pelea acudieron a observarla, dejaron de desayunar fueron en seguida, Mina y Saúl no se quedaron atrás.

Todos eran espectadores de la pelea, pero no sabían el porqué de esta. Algunos creían que se habían vuelto locos al enfrentarse padre e hijo, unos apoyaban al jefe del clan y otros a su maestro Joel. Cuando Mina los vio se le vino a la mente aquellas épocas cuando su hermano era más joven y siempre se enfrentaba a su padre con la intención de ser mejor que él. ¡Vamos padre, vamos! —decía Mina apoyándolo.

Hubo el momento en que Joel le arrebató la espada a su padre pensando que ya le había ganado.

—Sigue —aconsejó Iván quien sin espada alguna se defendía con sus manos—. ¿Recuerdas el entrenamiento en la montaña? —continuó—. Sin armas, solo el uso de la energía.

La pelea continuaba, todos sorprendidos y orgullosos de su jefe que era muy bueno defendiéndose. Iván decidió terminar con el enfrentamiento y dio el golpe final ganándole a su hijo. Todos lo aplaudían mientras que Joel estaba en el suelo derrotado.

—Has mejorado, te felicito —le dijo su padre mientras la daba la mano para ayudarlo a ponerse de pie.

Al terminar la pelea todos volvieron a sus actividades. Mina y Saúl fueron al patio de atrás para entrenar, ella llevaba consigo un arco con flechas y a lo lejos estaban tres blancos.

—Ya que dominas la espada, hoy vas a aprender a usar el arco y las flechas —articuló Mina—. No es por presumir, pero yo soy la mejor en el clan, mejor que Joel y que mi padre.

—¿La mejor? —Saúl sonrió al escuchar a Mina elogiándose a sí misma.

—Sí, siéntete orgulloso de tener una excelente maestra.

EL ÁRBOL OTAÑAL «TERMINADA»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora