Capítulo I

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No tuve visita alguna. Los miembros del orfanatorio donde crecí se reusaban a visitar a los seleccionados. En momentos como ese deseaba que mis padres no hubieran muerto en aquella rebelión, necesitaba demasiado un abrazo de mi madre, apenas lograra recordar sus ojos. El año pasado fui el único en visitar a Max. Lo maldije, lo odie, llore tanto como pude mientras él me abrazaba.

—Te prometo que voy a volver —fue lo que me dijo. Yo sabía que no lo haría. Sabía que no era lo suficientemente bueno para lograrlo. Crecimos juntos, lo conocía perfectamente.

—Si no vuelves, encontrare la forma de patearte el trasero —le dije

—Lo estaré esperando —sonrió él—. Si hubieras ido a los juegos, estoy seguro que hubieras ganado.

—No me dejaste comprobarlo, pero te prometo que si mi suerte vuelve a ser tan mala. ¡Ganare los estúpidos juegos del hambre! —sonreí antes de que me sacaran del cuarto.

 Mi suerte había sido tan mala. Quizá aquello que prometí afecto mi destino. Ahora tenía una promesa que cumplir.

 El viaje en tren no fue lo que esperaba. Lo mejor fue la comida. Mi compañera se reusaba a hablar apenas un poco o salir de su habitación. Los antiguos ganadores de los juegos Cecelia y Woof  eran nuestros mentores. Los consejos de ambos eran sumamente útiles, en había visto como Katniss Everden antigua ganadora de los juegos, sobrevivió con todas las habilidades que poseía. Yo no tenía nada de eso, pero sabía cortar. No debe ser tan diferente el cortar telas a cortar algunas extremidades humanadas. Sin duda sabía usar las tijeras, debía hacerme de unas. Woof estuvo de acuerdo conmigo aunque Cecelia lo creyó una estupidez absoluta, mi compañera la secundo. 

¿Quién sabe? quizá el nuevo ganador de los juegos, gane gracias a unas tijeras.

 La comida en el tren era de lo más deliciosa. Angélica estaba de acuerdo en aquello conmigo, a pesar de todo. Nos estábamos empezando a llevar muy bien. Pero trataba de evitarlo. No creo que la nueva regla de los anteriores juegos se mantenga en esta ocasión.

No quiero encariñarme con ella.

 Cada distrito enviaba  a un hombre y una mujer a los juegos. Para conocer a nuestros rivales, la mujer del capitolio, la cual no lograba despertar mi interés por aprenderme su nombre, nos mostraba los rostros de los tributos seleccionados.

 —Tributo masculino del distrito uno— dijo mientras un chico casi rubio y de ojos verdes aparecía en la pantalla —. Brando Mejía.

Me pareció arrogante.

—A su lado esta su compañera, Thelma Gonzáles —Woof dijo que el distrito uno estaba los profesionales, pero aquellos chicos no me parecían un gran problema en lo absoluto.

 Del distrito dos el chico de cabello rojo, Lucas Gaubeca, no me parecía un asesino despiadado como su compañera, Yolanda Saldívar. La chica sin duda, me provocaba escalofríos.

 La chica del distrito cuatro me sorprendió. Xiadani Cortes era apenas una niña. Aunque había algo en ella, en su mirada que me recordaba a Max. Quizá su cabello castaño y sus ojos cafés y la blanca piel que lo caracterizaba. Pobre pequeña, el baño de sangre seria su fin.

Llegamos a donde me interesaba.

Los tributos del distrito doce, los alumnos de Katniss Everden y Peeta Mellark.

Alex Ramírez.

Y Alison Oropeza.

La nueva chica en llamas.

[Fanfic] Los juegos del hambre: En la piel de Mario.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora