Capitulo VII

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Desperté esa mañana cuando los rayos de sol se volvieron insoportables.

Conocía perfectamente la estrategia de los profesionales, el segundo día se disponían a buscar tributos en las zonas cercanas a la cornucopia. Debía escapar de ahí antes de ser encontrado.

La imagen de Angélica aún estaba fuertemente clavada en mi mente. No quería ni pensar lo que su familia haría en mi contra. Seguro patrocinaron a Brando para matarme. A menos estoy casi seguro que lo harían si conocieran nuestro trato, pero eso no llego a las pantallas.

Estaba realmente agradecido por ello.

 La cascada se escuchaba algo cercana, había avanzado una buena parte del camino. Mi estómago comenzó a pedir alimento, debía detenerme a comer algo, no tenía más que un pedazo de pan.

De alguna forma u otra tendría que ingeniármelas para casar con una flecha, un par de cuchillos y un machete. La flecha sería útil si tuviera un arco, de igual forma, si lo tuviera no sabría cómo usarlo. Las otras armas aunque filosos, no servirán de mucho para cazar.

Me detuve frente a una cueva para comer, estuve a punto de hacerlo cuando note las marcas de sangre en la pared, algunas estaban bien formadas, eran manos.

Por el tamaño, estaba seguro de que eran de ella.

La chica del distrito cuatro estaba aquí.

Una imagen de ella muriendo de hambre cruzo por mi cabeza, no lo había visto recoger provisiones, seguro moría de hambre.

¡Que muera de hambre!, fue lo que pensé. Pero otra idea cruzo por mi cabeza. 

¿Y si la mataba?

Me ahorría muchos problemas. Firme mi contrato de muerte cuando decidí protegerla frente a Brando.

Sin duda alguna me llevaría a la muerte si seguía defendiéndola de esa manera.

Podría matarla ahora que estaba débil. Brando no sabría que fui yo. Luego me encargaría de él. Estoy seguro que la chica del distrito dos está en busca de Alison, si ambas se matan entre sí, ¡Podría ganar los juegos!

Solo tengo que deshacerme de ella.

Solo tengo que matar a Xiadani.

Solo tengo que matar a Max.

¿Por qué mierda pensé en Max?...

 Agite mi cabeza a ambos lados y me negué a tocarla, di marcha atrás adentrándome en la hierba. Pero me detuve. 

¡La compasión no existe en los juegos del hambre!

De igual forma morirá.

Morirá como Rue en los juegos pasados.

No debo encariñarme con ella.

Tome mi machete y cerré ambos ojos, corriendo en dirección a la cueva.

Abrí los ojos antes de llegar y ahí estaba ella.

Temerosa

Débil

Aterrada

Agotada

Hambrienta

Dio un par de pasos hacia atrás y dio un tras pie cayendo de espaldas.

Pude matarla en ese momento, no podría defenderse, ella pensaría que vengaba a mi compañera.

Me acerque lo suficiente a ella para hacerlo, pero vi a Max.

Baje el machete.

—Por favor… no —suplico

—Mierda no puedo hacerlo…—solté el machete al suelo, la vi a los ojos y añadí—. Tú eres la chica que se ofreció como voluntaria… ¿Distrito Cuatro? —Asintió con la cabeza sin parar de llorar— ¡Lo sabía! —Claro que lo sabía, la conocía perfectamente, pero debía fingir, si no la iba a matar, no podría saber que daría mi vida por la de ella—. ¿Tienes hambre? —Solo asintió.

[Fanfic] Los juegos del hambre: En la piel de Mario.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora