Capitulo XI

35 5 0
                                    

— ¿Espiando a un chico mientras toma una ducha? —digo burlón—. Creo que me equivoque al decir que Giovanni era el afeminado.

—Cierra el hocico —se aproximó rápidamente a darme un puñetazo. Me coloco de rodillas y tomo ambas manos con fuerza llevándolas a mi espalda, obligándome a inclinarme hacía delante. El me sujetaba desde atrás.

Aquella era verdaderamente incómodo para mí.

Mi cuerpo completamente cubierto por una capa de agua, mis bóxer empapadas. Estaba semidesnudo aparentemente siendo sadomizado o a menos eso parecía aquella posición.

— ¡Suéltame! —grite. Brando rio a carcajadas.

Sentí un cuchillo en mi garganta que me obligaba a levantar la mirada. El chico del distrito dos me veía fijamente.

—Dijiste “Giovanni” —sonrío—. En esta arena, solo le hablas por su nombre a aquel con el que formas una alianza.

No dije nada ante aquella insinuación.

—Eso basta —clavo su cuchillo un poco más—. ¿Dónde está?

No dije nada.

— ¿Dónde está? —grito Brando, mientras ejercía presión en mis brazos—. ¿Dónde está esa chiquilla del distrito cuatro?

—No sé —grite

Lucas me dio una bofetada.

— ¿Dónde está, cabrón? —me volvió a golpear.

— ¡No lo sé! Y si lo supiera no se los diría —lo mire fulminante, me dio un pequeño corte en la garganta y se puso de pie.

—Mira, si coperas, te ira mucho mejor —decía, Brando ejercía más presión en mis brazos.

—No voy a cooperar con víboras como ustedes —escupí

Me lanzo una mirada envenenada y estuvo a punto de dar una orden. Pero aquella flecha se clavó en su pierna y salto un grito agudo. Brando me soltó para ayudarlo y pudo ponerme de pie. Corrí para tomar mi machete y girar a la otra orilla del lago para observar a Laura con su arco lanzando otro par de flechas.

— ¡Vámonos! —dijo Lucas en un gemido

Brando asintió.

— ¡Primero voy a matar a esa chiquilla y luego vas tú, imbécil! —me dijo antes de irse.

—Eso está por verse —le dije.

Ambos se perdieron entre los matorrales y la oscuridad de la noche.

 Di un suspiro cuando estuve seguro que no volverían y gire hacía Laura levantando mi machete en alto.

— ¡¡Eres un hijo de puta Snow!! —grite como agradecimiento. Casi pude divisar su sonrisa. La vi adentrarse en el bosque, seguro hacía guardia en aquel momento.

Ahora estaba doblemente en deuda con ella.

Me vestí rápidamente y me aleje del área.

Ya aprendí la lección.

Nunca te bañes en cascadas porque no sabes que loco está espiándote esperando matarte.

 Aquella noche, solo murieron cuatro personas.

[Fanfic] Los juegos del hambre: En la piel de Mario.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora