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Está decidido voy a pagar de la misma forma que ellos lo están haciendo, siempre debíamos estar en las sombras de los Nephilim y ahora que nos están comenzando a matar era hora de demostrar que los subterráneos somos más que personas inferiores a ...

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Está decidido voy a pagar de la misma forma que ellos lo están haciendo, siempre debíamos estar en las sombras de los Nephilim y ahora que nos están comenzando a matar era hora de demostrar que los subterráneos somos más que personas inferiores a ellos, fuimos creados de la misma manera que ellos, solo que en nuestras venas corre sangre demoníaca, más en mi que soy creación de un demonio mayor, y ellos tienen sangre angelical, pero eso no les hace superior a nadie y se los haré saber. 

Preparo en casa una pequeña velación para Ragnor antes de ser cremado y dejo la sala para caminar a mi oficina escribiendo notas de la nueva ley para el submundo esperando ser aceptada, si ellos aceptan entonces seré líder de cada subterráneo del mundo y entonces haré todo lo posible para que esta masacre se termine. Nadie más va a morir en manos de esos chiquillos y si pasa, entonces ellos también comenzarán a disminuir, a perder sus vidas dejando una familia a la deriva cómo hicieron con Ragnor, odio hacer este tipo de cosas pero ellos no han provocado a tomar medidas.

Escribir las cartas no me tomo tiempo, tengo la magia que hace que mis trabajos se faciliten sin siquiera mover un dedo, después de enviarlas vuelvo a la sala para pasar aquel mal rato viendo a mi mejor amigo, ser inmortal, en un ataúd mundano, sin vida, siempre imaginé ser el primero en morir que él, siempre era el más cuidadoso de los dos, siempre tomando medidas para no sufrir ningún tipo de peligro, y yo, yo vivo la vida al límite, no me importa el peligro porque sé que escaparé de ellos, pero sé que él no merecía morir. 

Veo como su familia llora a su lado, y Raphael está rezando por lo bajo en compañía de su esposo que está tomándole de la mano mientras su mirada va al piso, siento la impotencia de que tengamos que vivir este momento y la adrenalina de parar de una vez por toda a los Nephilim para no vivir más perdida.

Cierro los ojos mientras tocó parte de aquel ataúd, no sé dónde irá a terminar Ragnor, si su alma va algún lado como dicen algunas religiones mundanas, solo espero que sea un lugar mejor donde no tenga que sufrir; comienzo a recordar todos nuestros momentos vividos, la vez en que nos conocimos y nuestras primeras impresiones del otro, como nuestra amistad tuvo reforzamiento con los años, sus gestos, sus molestias por cada vez que me comportaba como un niño rebelde, y sus consejos, siempre tratando de que encontrará un amor como él lo había hecho encontrando a Catarina para que se me pasará esta idea de ir viviendo la vida de fiesta que llevaba, viejo tonto siempre le decía, pero ese viejo tonto había sido una de las personas más importante de mi vida, estaba perdiendo parte de mi corazón con él.

— Tío Magg están llegando cartas en tu oficina, muchas cartas ¡Cómo lluvia!— dice Madzie sacándome de mis recuerdos.

Le sonrío para acariciar su cabello y caminar, secando mis lágrimas, de nuevo hasta la oficina, la niña tenía razón, montones de cartas llegando a mi escritorio formándose en fila, salgo hacia la puerta llamando a Simón mientras que dejo a Raphael en su rezo mundano para despedir a nuestro amigo, el vampiro no demora en venir, cerrando la puerta detrás de él para no interrumpir el otro lugar, entonces le señalo que se siente en el escritorio y yo me siento al frente.

— Simón, debes ayudarme ¿Sí?— le digo— comenzarás a abrir esa fila de cartas y con el pulgar me vas a señalar si ellos dicen sí o no ¿Entendido?

Simón es mudo, lo conocí cuando Raphael lo trajo a casa después de dos décadas de su transformación, nunca me contaron bien su historia pero solo sé que mi hijo adoptivo lo salvó de un asalto donde le cortaron las cuerdas vocales al menor, pero esos recuerdos quedan en el pasado, los mundanos pueden ser tan peligrosos que no es nuestro deber hacer algo con ellos, solo podía saber que después de que Raphael lo transformará, aquella relación se daba mejor que lo que pensé una vez, el amor siempre está entre ellos y así seguirá siempre, yo haré todo lo posible para que no se acabe.

Después de un rato y Simón ayudándome veo que muchos apoyan el sí y mi nuevo puesto, todos comprometidos conmigo, jurando lealtad si acabo de una vez por todos estos asuntos, todos harán caso a mis órdenes y comenzaremos el enfrentamiento contra los niños ángeles. Tengo ahora a cada subterráneo del mundo en mis manos, para proteger, no debo fallarles ahora, no daré marcha atrás. Le digo a Simón que ya puede retirarse, entonces agarró una nueva hoja para declarar la guerra a Alexander Lightwood, y así marcharme de la oficina para comenzar la cremación de Ragnor. Aún dentro de mi dice que debo explicarle al progenitor de los Lightwood que yo ni los subterráneos han sido culpable, tengo que mostrar a la luz al hijo oculto de Valentine, el que es manipulado para ser el asesino de cada orden que su padre le da, y se cómo hacerlo, se como destapar aquella olla, solo debo acercarme al muchacho en compañía del Lightwood y vea la verdad, sé que esto será difícil pero no pierdo nada con intentar.

— Cat, es hora.

Mientras tanto ahora olvidare aquello por unos minutos, debo ocuparme de este dolor que estamos sobrepasando en este momento. Tuve que soportar con el dolor en el pecho como Cat gritaba a llantos no hacer aquello, como Raphael la sostenía y Simón alzaba a la niña para llevársela de la sala, aunque todos sabíamos que ella sabía que lo estaba sucediendo, entonces a llantos comencé a decir las palabras que aprendí en el libro gris y mis dedos inconscientes dejaron salir llamas azuladas hacia el cuerpo de Ragnor para carbonizarlo, susurré el último adiós antes de ver cómo Cat con su magia lo atrapaba en un tarro de porcelana para abrazarlo.

— Adiós amigo, adiós.

Cazador. •Malec•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora