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Maldita sea, ahora tengo tres Nephilim en mi casa, estoy viendo como a mis niños no le está gustando estar rodeados de ellos pero no dicen nada, saben que lo hacemos por un bien para todos los subterráneos, aunque esto puede empeorar todos nuestro...

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Maldita sea, ahora tengo tres Nephilim en mi casa, estoy viendo como a mis niños no le está gustando estar rodeados de ellos pero no dicen nada, saben que lo hacemos por un bien para todos los subterráneos, aunque esto puede empeorar todos nuestros planes, la chica Lightwood está embarazada y se debe tener mucho cuidado por los riesgos, no podía decirle no a Merliot cuando la están buscando por todos lados por órdenes de los Morgenstern, la Reina Seelie cautivada por el joven no se negó a ser una ayuda para encontrarla, si le decía no al chico Seelie su familia moriría como lo hizo la mía, y como me repito muchas veces, mi alma es muy compasiva y si un subterráneo o alguien está en peligro no dudaré en ayudar en lo que pueda. 

Ahora mismo veo como los tres adolescentes están abrazados, desde hace mucho que no veo sonrisas verdaderas y no quiero arruinarlo tampoco, se han unido de nuevo, capaz esto haga que los dos Nephilim crean en mis palabras de una vez por todas, confíen en mi buenos actos y ayuden con sus habilidades.

— Cuidado con mi vientre, es muy sensible.

Alexander quien es el que parece más preocupado la acompaña al sillón, donde los dos Nephilim se sientan al lado de ella, parecen un poco alarmado al verla con una barriga que sobresale con ese vestido que tiene, se ve toda una mujer de un Seelie con aquello, Merliot la ha tratado bien, me lo hizo saber cuándo la trajo a la puerta de la nueva casa dándome a entender el dolor que le causaba dejarla sola y que debía cuidarla, le di mi palabra que su familia estaría sana, pues la familia de la chica está conmigo en esta casa y aseguro que la van a proteger de todo mal que se interponga en el camino, pues son familia y la familia no se lastima ni se deja de lado.

— ¿Qué hacen aquí? Alec, Jace— pregunta la chica— he visto a Clary en una jaula ¿Pueden explicarme?

Me quedo viendo y escuchando como le explican todo lo que ha ido pasando mientras ella no estaba, Isabelle parece que al enterarse sobre los engaños de Clarissa y su familia se muestra molesta, mientras acaricia la mejilla del Nephilim Herondale que la mira con una cara larga y de tristeza, se qué no tendría que estar aquí y dar un poco de intimidad, pero estoy esperando el momento justo para interrumpir y ver si el niño de su barriga está bien después del cambio de habitad, esto hubiera sido trabajo de la difunta Catarina, ahora solo debo acordarme de lo que me ha enseñado y supervisar a la niña Lightwood mientras la tengo en casa. El mundo Seelie contiene diferente esencia al de este mundo, y esto puede producir un mal cambio si no lo tratamos bien.

— Maldita mierda, debería haberlo visto antes, hemos sido engañados frente a nuestros ojos— dice— Merliot me había dicho la verdad de todo, y creí que solo era un cuento.

— Permiso, debo revisar el vientre.

Me coloco al frente de ella, para arrodillarme mientras acerco mis dedos a su vientre sobre el vestido, dejando que mi magia se encargue de supervisar si el niño que lleva dentro no ha sufrido cambios por su cambio de ambiente, pero todo está bien, los pulso de su corazón son fuertes y da alegría escucharlo, no hay nada que vaya mal. Me separo y le informo que todo va bien, aún veo la desconfianza en sus ojos al verme, aunque no veo esa chispa de venganza, de seguro Merliot la ha hecho recapacitar o el amor que llevan las Seelie allá abajo se le ha contagiado.

— Así que ¿Embarazada?— pregunta el niño Herondale.

Les doy intimidad mientras voy a la otra sala, viendo como Raphael ya tiene todo preparado, suspiro para dejar que toda la tensión se vaya de mi cuerpo y así preparar el líquido para la Nephilim, ahora más que nunca debo romper ese vínculo que tienen los hermanos Morgenstern, porque tengo muchas vidas en esta casa a la cual debo proteger, y ese chico vendrá a matar. Minutos después todo está terminado, le indico a mis dos niños que se preparen por si la Nephilim no está dormida y deben atacar mientras abro la jaula y entro, aunque veo que sí lo está, llevo la taza a sus labios viendo como la mayoría del líquido entra, otro sale por las orillas de sus labios y casi al último comienza a ahogarse por estar despertando, pero ya lo ha tomado, no hay vuelta atrás, salgo de la jaula antes de que reaccione para cerrarla de nuevo. Espero que esto sirva y tener a Jonathan desorientado por unos días.

— ¡¿Qué me has hecho?! ¡¿Qué me has dado?!

La escuchó gritar y tratar de producirse el vómito, pero ya con estos tiempos mi magia ya está en todo su interior buscando aquello que le une a su hermano para romperlo, aunque me da lástima lo que estamos haciendo con ella, no es culpa suya, solo ha sido una creación de ese malvado de Valentine que la ha llevado a esta vida, no tiene la culpa de haber nacido en esa familia. Si pudiera ver un poco de esperanza en sus ojos, un poco de compasión entonces no haríamos esto, no la tendríamos aquí, pero cada vez más la chica se hunde en un poco de su propia miseria, haciendo entender que está bien en ese mundo que ha sido criada y que nadie ni nada va a hacer cambiar esos pensamientos como la actitud que sus padres le han dado. 

Quiero ayudarla, pero no veo como hacerlo, y cuando no se ve es porque no hay nada en la que se pueda ayudar.

— Deja de hacer arqueadas, eso ya está en tu organismo— le digo.

Aunque sigue ahí, haciéndolo, mientras nosotros la observamos, sus ojos se han llenado de lágrimas mientras dos de sus dedos tocan la campanilla de su garganta, ha dejado que el único vómito que salga es agua y saliva, pero no es mi líquido y ella lo sabe, le pido que se detenga y no me hace caso, lo sigue haciendo, vomita, pero solo agua y saliva, termina por asquearme teniendo que irme de ahí para no terminar en el mismo camino que ella.

— Que asco, que asco— susurro mientras camino a la cocina— no puede dar más de asco.

— ¿Estás bien?

Veo a Alexander Lightwood acercándose por la otra puerta de la cocina.

— La chica se está tratando de producir el vómito, todo normal.

— Isabelle tiene antojo de chocolate ¿Tienes algo brujo?

Cazador. •Malec•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora