e l f

545 65 3
                                    

Ariel Müller - Cupido 69

Mi cabeza descansaba en mi mullida almohada mientras la escena de ayer por la noche en la casa del terror, no dejaba de rondar por mis pensamientos. Suspiré mientras limpiaba una lágrima salvaje que se había escapado de mi ojo, aclaré mi garganta y me puse de pie.
Necesitaba hablar con Leo.

-Hola William -saludé al chico quien salía de su habitación-. ¿Leo está dentro?
-No, él salió a sus clases temprano -me sonrió-. Y ahora debo de irme, adiós

Fruncí el ceño al escuchar lo que el chico me acababa de decir, Leo al igual que yo no estudiábamos de verdad en esta universidad, por lo que era algo obvio que mi amigo cupido no estaba en ninguna clase. Rodé los ojos y saqué mi teléfono marcando su número y esperando a que el contestara.

"-¿Aló?
-¿Dónde estás? -solté algo borde-. Necesito que me ayudes con la misión
-En estos momentos estoy un poco ocupado

Unos gemidos se oyeron por la otra línea logrando que hiciera una mueca de asco.

-¿En serio Leo? -rodé los ojos-. Eros no te mandó a follar
-No estoy follando, estúpido -gruñó-. Estoy tratando de -otro gemido-. Hacer que

Un gritó se escuchó y la llamada terminó."

Excelente, pensé. Suspiré por quien sabe si era la décima vez de aquel día, llevaba ignorando a Caden desde la noche anterior y cada vez que lo veía por la universidad me escondía y huía de él. No tenía ganas de caer a sus pies, así que siguiendo con mi nuevo plan, fui en busca de Trent Wood.

-Hola -saludé al chico que estaba haciendo ejercicios-.
-Oh hola -me sonrió y dejó las pesas a un lado-. ¿Qué haces aquí?
-¿Estuvo mal venir a verte? -mordí mi labio inferior fingiendo inocencia-.
-Por supuesto que no -saltó tratando de arreglar la situación-. Es que nunca te he visto en el gimnasio del campus
-Yo solo vine para hablar contigo -le sonreí levemente-. Quería saber si estabas libre para ir a almorzar, pero veo que estás algo ocupado
-¡No! -casi gritó-. Yo, si me esperas, no me demoro casi nada -comenzó a hablar rápidamente y yo reí-.
-Claro, aquí te espero

Él se levantó de la maquina con rapidez y corrió hacia los vestuarios, reí ante aquella escena y caminé hacia la puerta de entrada para poder esperarlo ahí, pero como siempre la mala suerte me persigue, y la puerta se abrió ingresando Zachary y Caden.

-Joder -susurré buscando algún escondite-.

Me giré hacia todos lado y lo único que pude ver fue el mostrador donde un chico pelirrojo estaba anotando algunas cosas en un computador, salté el mostrador como si fuera un obstáculo de carrera y caí hacia el otro lado escondiéndome de Caden.

-Pero que... -el chico me miró con extrañeza y yo solo le indiqué que se callara-.
-Hola -oí a Caden hablarle-. Venimos por la clase de boxeo
-Ah si -balbuceó algo nervioso el pelirrojo-. Es en el salón 12
-De acuerdo, gracias

Me incliné un poco hacia arriba para poder notar como Zach le guiñaba un ojo al chico pelirrojo y este se ponía del mismo color que su cabello. Lo más gracioso de toda aquella situación era que el hilo rojo del amor del pelirrojo estaba conectado con el hijo rojo del jugador de fútbol americano. Ambos eran parejas destinadas.

-¿Puedes decirme por qué demonios te has lanzado de esa manera? -me preguntó una vez que su sonrojo desapareció-.
-¿Desde cuándo te gusta? -le miré burlón-.
-¿Quién dijo que me gusta Zach? -casi chilló-.
-Pues tú solo dijiste el nombre -reí saliendo tras el mostrador-. Un gusto en conocerte, soy Ariel Müller
-Jordan Grey -susurró algo sonrojado-. No le digas a nadie sobre mi gusto por...
-Tranquilo -lo acallé-. Tu secreto está seguro conmigo -mentí-.

Hey Cupid  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora