Al fin era el día, volvería a verlos después de un año separada de ellos. Mi mejor amigo y mi nuevo sensei.
Mi sonrisa amplia se mostraba a cualquier aldeano de Sunagakure que pasaba a mi lado, algunos solían saludarme, la mayoría de ellos eran dueños de algunos locales que solía frecuentar con Temari o Kankurō, incluso con Gaara, el Quinto Kazekage, durante mi estadía en aquella aldea tan calurosa.
Mientras el camino nos abría paso a la acantilado donde se situaba la entrada de Suna, Temari y Kankurō peleaban por quién era el hermano favorito de Gaara, ya que el Kazekage solía darle la razón por turnos a cada uno. Una conversación tonta, pero muy divertida a mi parece, sin embargo, el pelirrojo parecía algo cansado de la actitud infantil de sus hermanos.
—¡Gaara! ¡Dile a Temari que soy tu hermano favorito!— El maestro en títeres pronto se dirigió a su hermano menor, quien caminaba a mi lado detrás de ellos. El nombrado suspiró con irritación.
—¡No es verdad! ¡Soy la mayor, por lo tanto, soy su favorita!— Temari interrumpió lo que fuera a decir Gaara con su exclamación llena de molestia. El chico a mi lado no contestó.
Antes de darnos cuenta, el acantilado se hizo presente y detuvo abruptamente la discusión de los hermanos mayores de mi amigo, quienes se habían vuelto amigos míos muy cercanos y queridos. Voltearon a verme lentamente, como si no quisieran hacerlo, me quedé bastante sorprendida al ver la tristeza plasmada en aquellos rostros que solían llevar una expresión despreocupada.
—¿Sabes? Todavía me falta mucho que enseñarte sobre los hilos de chakra, podrías quedarte un rato más.— Sugirió Kankurō con una ligera mueca nerviosa que intentaba asimilarse como una sonrisa.
—Y todavía no manejas el Elemento Viento, yo podría enseñártelo.— Jamás había visto a esos dos hermanos estar de acuerdo en algo que no fuera de su aldea, pero ahora lo estaban haciendo y era sobre mi partida.
Una sonrisa enternecida se posó en mis labios, no dudé en acercarme a ellos y abrazarlos con fuerza en un intento de consolarlos. Entendía sus comentarios, yo tampoco quería irme del todo, los extrañaría demasiado, pero debía partir y seguir mi entrenamiento al lado de Naruto y Jiraiya-sensei, porque mi mayor sueño en esos momentos era traer a Sasuke de regreso a Konoha.
—Vendré a visitarlos siempre que puedo, lo prometo.— Contesté yo con una sonrisa intentando alentarlos a quitar esas caras largas.
—¡Oh! ¡Te tenemos regalos!— Temari pareció olvidar la tristeza de la partida y pronto una sonrisa maravillada estuvo presente en su rostro. Sin duda, olvidaría sus sonrisas de "yo lo sé todo", sus comentarios bochornosos y las veces que hacíamos pijamadas. Ella sacó un pequeño envoltorio de su porta shuriken y lo puso en mis manos.— Debes cambiar de atuendo, Kime-chan, así que te estoy dando lo necesario para eso.— Con un guiño coqueto y una sonrisa confiada, se hizo a un lado para que Kankurō pasara.
—Mi regalo es el mejor de todo, por supuesto.— Presumió Kankurō antes de darme un envoltorio que sin duda, pesaba demasiado.— Son instructivos para hacer tu propia marioneta.— Solté una risilla ante sus palabras mientras que él levantó el pulgar y me guiñó el ojo, igual que su hermana. No había duda, extrañaría al castaño que no paraba de coquetear y arreglar sus marionetas para que fueran perfectas.
Voltee mi mirada a Gaara, que no extendía un paquetito como sus hermanos, en su lugar, había una pequeña cuerda que llevaba un dije de...
—Gaara-kun.— Llamé sintiéndome conmovida por su gesto, no era algo grande y tampoco llamaba la atención, pero era tan lindo como el de sus hermanos. Tomé la pequeña pulsera entre mis dedos y la admiré unos segundos antes de mirarlo con una inmensa felicidad.— Es precioso, gracias.

ESTÁS LEYENDO
Kimera Shippuden
FanfictionDespués de tres años de entrenamiento con uno de los Tres Legendarios Sannin, Hyūga Kimera y Uzumaki Naruto vuelven a su hogar, Konoha, con el único objetivo de rescatar a su amado amigo, Uchiha Sasuke.